Horas después de conocer el despido de su entrenador, los Brooklyn Nets no pudieron reaccionar sobre la pista y cayeron de nuevo ante su público para hundirse con un balance de dos victorias y seis derrotas en la clasificación. Los Chicago Bulls llegaron a la escena del crimen más frescos y espabilados, ganando por 991-108 gracias a los 29 puntos de Zach LaVine, que ejecutó al oponente con 20 en el último período.
Kevin Durant, que dijo enterarse del cambio de rumbo radical de su franquicia al abrir la tele después de echarse la siesta, se mostró resignado con el despido y la derrota, una más para una temporada donde los neoyorquinos siguen perdidos y alejados de su esperado rendimiento de campeonato. “Me levanté de la siesta y lo vi en la tele”, explicó la estrella, autor de 32 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. “Me quedé en shock, siempre es así cuando ocurre algo de este estilo, aunque es normal en la NBA“.
Sorprende la falta de comunicación entre Sean Marks, GM de la franquicia, y sus jugadores. En verano, fue Durant quien pidió la cabeza del técnico canadiense y el máximo responsable deportivo del equipo, pero Joe Tsai, propietario de los neoyorquinos, le dijo que no iba a claudicar ante su pobre chantaje. Antes de reconocer que no tenía ninguna salida viable, el jugador había desatado un terremoto al pedir el traspaso.
Para Durant, muchas cosas han ido mal para llegar hasta esta situación. “Los últimos años han sido una montaña rusa. No teníamos un equipo sano, no jugábamos bien. Estas mierdas pasan en la liga. Esto no le quita nada de mérito a la inteligencia de Steve y su manera de enseñar el juego. Simplemente no ha funcionado”, valoraba.
Marks apuntó que la decisión fue consensuada. “Ambas partes sentimos que era el momento. Todo apuntaba a ello y, francamente, el equipo no estaba haciendo lo que se le suponía. Nos hemos caído de nuestros objetivos, no los hemos logrado. Era el momento de hacer el cambio porque todavía tenemos aspiraciones”, comentaba. Para Nash, que tan solo envió un escueto comunicado con tono amistoso, “fue una experiencia maravillosa con muchos retos por la que estoy increíblemente agradecido”.
Con el entrenador interino Jaque Vaughn no mejoró mucho el panorama en lo deportivo. El nombre que suena con más fuerza para sustituir a Nash al mando del transatlántico tampoco ayuda. Ime Udoka, apartado de los Boston Celtics por un lío de faldas algo turbio, es el objetivo de la dirección deportiva. Los medios estadounidenses creen que el nuevo técnico podría llegar esta misma semana a Brooklyn para dar otro golpe mediático al entorno del equipo.
Aprovechando su momento al mando, Vaughn les cantó las cuarenta a sus jugadores. “El mensaje para los chicos es que no hay excusas. Aunque haya un cambio de escenario como hoy, no hay excusas. Esto es lo que hacemos para vivir y nos hemos apuntado a ello”, explicó tras la derrota. Además del nuevo runrún desatado por la salida de Nash, los Nets arrastran todavía la polémica antisemita de Kyrie Irving.
El base se quedó en 4 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias después de enlazar una serie de 2 de 12 en tiros de campo y 0 de 6 en triples. Según su nuevo y fugaz técnico, aunque “no hay excusas” la reacción feroz contra sus comentarios están lastrando el nivel en pista de una de las estrellas del equipo. Suena, una vez más, al drama que ha hundido el proyecto estelar de Brooklyn en los dos últimos años, meramente un asunto extradeportivo.
Quién mejor resumió los problemas de los Nets, en realidad, fue Steve Kerr desde el otro lado del país. “Yo tengo mucha suerte, a mí me metes en esa situación y no lo hubiera mejor que él”, dijo el preparador de los Golden State Warriors, que calificó a su exayudante en la Bahía como “un entrenador de primera”. Con o sin Steve Nash, los Brooklyn Nets siguen perdidos.