¿Con qué correrá Laia Sanz el Dakar 2024?

Es la líder de la Extreme E junto a su compañero Mattias Ekström. Viene de mostrar su gran velocidad en Cerdeña con el equipo Acciona | Sainz XE Team. Sin embargo, Laia Sanz (11 de diciembre de 1985, Corbera de Llobregat, Barcelona) sigue sin tener nada claro de cara al Dakar 2024.

Al margen de sus muchos títulos mundiales en trial y enduro, Laia es todo un icono mundial para las niñas y mujeres que sueñan con convertirse en pilotos en un futuro. Rompió moldes en la carrera más dura del mundo, enfrentándose de tú a tú a los mejores pilotos de raids de las dos ruedas con resultados que ya forman parte de la historia de la carrera, siempre peleando por el Top-15 desde 2014 a 2021, logrando incluso un increíble Top-10 (9ª en 2015) en la disciplina más dura y peligrosa de la aventura dakariana. Es una referencia para las mujeres de todo el planeta. Sin ir más lejos, la sudafricana Kirsten Landman aseguraba a MD en el Dakar 2023 que Laia fue su inspiración para que ella quisiera ser piloto. De Corbera de Llobregat, a llegar al corazón de una niña a más de 11.000 km de distancia. Y como ella, muchas más. Por eso, llama la atención que cuando Laia ha querido dar el salto a las cuatro ruedas para seguir haciendo historia, no esté recibiendo todo el apoyo que se esperaba.

El dinero

La piloto de Corbera de Llobregat lleva trabajando en su proyecto de 2024 desde su regreso del Dakar 2023, donde compitió por segundo año consecutivo en coches. No solo debe preocuparse de pilotar, también de encontrar un proyecto que le permita seguir creciendo en coches. Piloto y mánager al mismo tiempo, así es la vida de los dakarianos. En 2021 probó el cambio a las 4 ruedas con un Mini para aprender. En 2022, quería dar un salto de calidad con un buggy, pero tuvo demasiados problemas mecánicos y no podía apretar lo que ella quería, además de no tener un coche capaz de pelear por cotas más altas ya que los llamados T1+ eran superiores. Por ello, en la meta de Dammam, el pasado 16 de enero, Laia dejaba claro cuál era el único punto de su lista de deseos a los Reyes Magos: “Pediría un T1 Plus. En este mundo de los coches es complicado. Ya veremos. Ojalá”.

Iban pasando las semanas y Laia decía que para lograr un T1+ necesitaba que le “tocara la lotería”. No es una exageración. Los presupuestos para conseguir un coche de la máxima categoría son desorbitados. Podemos hablar perfectamente de 1 millón de euros con un programa competitivo para el Dakar en la clase máxima. Hay pocos pilotos que compiten gratis, el caso de los oficiales. Y el resto de volantes se los rifan aquellos que tienen dinero.

Laia no dispone de ese presupuesto y necesita el apoyo de marcas, firmas que vean en ella lo mismo que ven miles de niñas, que la tienen como lo que dijo Kirsten Landman a MD: “Laia es la mejor de todos los tiempos. De ella he aprendido que todo es posible. Yo crecí viendo a Laia Sanz y ahora siento que yo también estoy teniendo un impacto en las niñas de mi país”. Y llegados a julio, 7 meses después, Laia sigue sin saber nada de su futuro.

Ford, muy difícil

Desde el pasado Dakar corría el rumor de un posible interés de Ford en ella para su desembarco en el Dakar en 2024. Lo cierto es que Laia participó en un test con el Ford Ranger T1+, antes de que lo hiciera uno de los mejores pilotos de raids, el también catalán Nani Roma. Y también como Gareth Woolridge. 

Laia fue rápida en ese test. Demostró su velocidad. Sin embargo, en Ford, donde al principio parecía que habría más volantes disponibles, en 2024 habrían reducido su número de coches a tan solo dos unidades del Ranger T1+. El primer vehículo es para Nani Roma por su enorme velocidad, experiencia y capacidad de desarrollo. Y el segundo debería ser para Gareth Woolridge, hijo del propietario del equipo Neil Woolridge Motorsmport (NWM) que formará la estructura de Ford junto a M-Sport en el Dakar. Y si hubiera otro, parece claro que caería en manos de un piloto estadounidense como Seth Quintero, piloto de casa. Y más allá de Ford, hay poco donde escoger sin el dinero suficiente en el bolsillo.

Laia no tiene parientes en equipos. Tampoco un millón de euros. Sí tiene velocidad, pero en el mundo del automovilismo, por desgracia, eso no es suficiente, como ocurre en todas las categorías y disciplinas. Por ello, a medio año del Dakar 2024, sigue sin tener un proyecto definido y valora otras opciones para no tener que ver un Dakar desde el sofá y cortar su curva de aprendizaje y proyección en la carrera más dura del mundo sobre cuatro ruedas.

Baja Aragón en T3 y posible opción para el Dakar

Consciente de que cada vez queda menos tiempo, Laia Sanz ha pasado al ataque. Además de brillar en la Extreme E, la catalana se sentará al volante de un T3 (prototipo de vehículo ligero) para competir en la próxima Baja Aragón (21 y 22 de julio) con un Mce5 del equipo Wevers Sport. Laia Sanz quiere destacar en la cita aragonesa, la única prueba española puntuable para la Copa del Mundo FIA de Cross Country Bajas. Se probará al volante de un prototipo de estas características de cara a ver qué opciones se le plantean en la categoría T3 a raíz de dicha participación.

Laia prefiere ir al Dakar 2024 con un T1+. Ese es su sueño y seguirá peleando por ello. Tampoco lo descarta, aunque sí es consciente de que es muy complicado. Pero no vería con malos ojos ir al Dakar 2024 con un T3, una opción a estas alturas más apetecible que volver con un buggy o un T1 en la categoría de coches debido a que son vehículos con un rendimiento mucho menor que los T1+, algo que hace que todo el trabajo quede mucho más enmascarado en las clasificaciones.

El paso a T3 sería visto como un paso hacia atrás para dar muchos hacia adelante. Es decir, en T3, una categoría luchada y emocionante, podría aspirar al triunfo en la general del Dakar y hacer historia, la velocidad de Laia podría brillar mucho más en la pelea por todo y eso le podría catapultar de cara a siguientes ediciones hacia su sueño del T1+ o un equipo oficial que quiera seguir enseñando al mundo el ejemplo de Laia, una piloto que quiere seguir rompiendo moldes.