El exconductor de camión de helados Michael Keetley fue condenado a cadena perpetua por asesinar a dos hermanos hispanos y herir de gravedad a otras cuatro personas en un tiroteo durante la celebración de Thanksgiving cerca de Tampa.
Juan Guitrón, de 28 años, y Sergio Guitrón, de 22, fueron baleados cuando jugaban cartas junto a otras cuatro personas frente a una casa en Ruskin, Florida, en noviembre de 2010.
Los fiscales dijeron durante el juicio que Keetley se obsesionó con vengarse después de ser víctima de un robo mientras vendía helados en la calle. Durante el robo, le dispararon varias veces.
Los médicos colocaron varillas de metal en sus huesos para reparar el daño. Quedó discapacitado permanentemente y comenzó a cobrar los beneficios del Seguro Social. Al estar frustrado por el poco avance de los detectives, decidió vengarse por cuenta propia, según los fiscales.
ASÍ FUE EL CRIMEN
Todo empezó cuando un grupo de familiares y amigos se reunieron en una casa en Ocean Mist Court, alrededor de las 2:30 a. m. del Día de Acción de Gracias de 2010.
Mientras bebían sus cervezas, una minivan de color oscuro se detuvo. Un hombre que vestía una camiseta que decía “sheriff” salió de la camioneta con una escopeta y preguntó por alguien llamado “Creep”.
Los hombres conocían a alguien con ese nombre, pero no lo dijeron. El pistolero les ordenó que se tiraran al suelo. Creyendo que era un policía, obedecieron. Luego, uno por uno, les disparó.
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