Tras cuatro años de batallas, llega a la Suprema Corte el caso del analista Sergio Aguayo, acusado de daño moral en perjuicio del exgobernador de Coahuila Humberto Moreira.
En el caso que enfrenta, Sergio Aguayo confía en que la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acabe con “la moda” de presentar demandas con el único fin de inhibir a quienes ejercen el periodismo de manera independiente y crítica.
“Una manera será evitar la proliferación de demandas frívolas con exigencias de montos extravagantes, que no son pensadas para defender el honor, sino para castigar el ejercicio de la libertad de expresión”, señaló en entrevista con Aristegui en Vivo.
El analista confía en que la Suprema Corte falle a su favor, pero también en que se pronuncie sobre todos estos aspectos, porque México necesita de la libertad de expresión.
“En los últimos años, las demandas por 10, 20, 30 y hasta 50 millones de pesos contra medios de comunicación o periodistas, se han multiplicado, porque es una forma muy barata para los poderosos de amedrentar, inhibir, desgastar y hacer gastar a quienes ejercemos el periodismo crítico e independiente”, dijo Aguayo.
En la sesión del miércoles 29 de julio, la Primera Sala de la SCJN decidió atraer el amparo promovido por Aguayo en contra de la sentencia emitida por la Sexta Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.
Cuatro años de batallas
El 20 de enero de 2016, Aguayo publicó en el periódico Reforma un artículo sobre Humberto Moreira, en el que hablaba sobre la detención en España del exgobernador coahuilense y de cómo había sido omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos durante su administración.
“En ese momento, estaba detenido en una parte de Madrid, y yo tenía el acta de la Audiencia Nacional de España, que decía que lo tenían detenido por presunta malversación de fondos”.
Sin embargo, Moreira argumentó que Aguayo había violado su honor y lo demandó en julio de 2016 por daño moral; tras un proceso viciado, fue sentenciado a pagar al priista 10 millones de pesos por ejercer su libre expresión.
Sin embargo, según un comunicado difundido ayer, la SCJN consideró que el asunto planteado por Aguayo reúne las características de interés y trascendencia, pues al resolverlo, podría pronunciarse sobre cuestiones constitucionales y aspectos trascendentes en materia de legalidad, tratándose de asuntos en donde se encuentran en tensión el derecho de libertad de expresión y derechos a la imagen, honra y honor de particulares.
“La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el caso, y esto significa para mí varias cosas; la primera, que finalmente salgo de la pesadilla que fue mi paso por los tribunales de justicia de la Ciudad de México”, expresó Aguayo.
Aguayo señaló que fue un horror la manera como favorecieron al exgobernador Humberto Moreira, con una parcialidad extrema al hacer caso a todas las peticiones de sus abogados.
“Ahora que estamos en la Primera Sala, me parece que es muy claro lo que dicen, esta demanda tiene que ver con la libertad de expresión, yo sostengo que lo dicho, lo que escribí en enero del 2016, no afectaba de ninguna manera, porque me apegué a todos los códigos de ética periodística; tenía fundamentos para decir lo que escribí”, expresó.
No es sólo una apreciación subjetiva de su parte, dijo, sino que su confianza se basa en que la Suprema Corte ha defendido de manera consistente la libertad de expresión.
“No tengo ninguna duda de que estamos ante un ataque directo a la libertad de expresión”, sostuvo; “a algunos los matan, los golpean, los desaparecen, y en otros casos se utilizan las demandas judiciales para acosar al periodismo independiente”.
Aguayo describió los cuatro años en los tribunales de la Ciudad de México como una pesadilla, por tanta parcialidad.
Aunque aseguró que también hubo algunas excepciones, por cierto, pero la norma fue la parcialidad.
Ahora, dijo, está tranquilo, ya que la SCJN revisará su caso y confía en que la evidencia pruebe que no abusó de la libertad expresión.
“La ejercí de manera responsable, estoy confiado que sí se me dará la razón”.
Durante el proceso, incluso, se decretó un embargo provisional para garantizar el pago y lo obligaron a depositar casi medio millón de pesos para garantizar que pagaría los 10 millones en caso de perder.
“A lo largo de estos años, hubo decisiones muy lesivas, muy nocivas, a mis intereses”, recordó.
Destacó que hubo también jueces que se comportaron de una manera muy íntegra, pero eso fue en primera instancia; incluso, le dieron la razón.
“Pero, en lo general, mi experiencia en el sistema judicial de la Ciudad de México es muy mala”.
Ahora, además de esperar la decisión de la SCJN, Aguayo también espera que el Consejo de la Judicatura de la capital se pronuncie sobre una queja presentada contra el magistrado Francisco Javier Huber Olea, a quien acusa de conflicto de interés.
Narra que al hermano del magistrado los Moreira le otorgaron una notaría y Huber Olea falló en su contra de una manera absurda.
“Esto ha sido una pelea con muchos niveles, y está pendiente que en la Ciudad de México fallen, también a mi favor, espero, y castiguen al magistrado Huber Olea, que falló en mi contra, insisto, al tener un terrible conflicto de interés”.
Los Moreira habían beneficiado a su hermano, explicó, por lo que no podía declararse competente en su caso.
Hace tres días, señaló, presentó un recurso para pedir al Consejo de la Judicatura que ya se pronuncie sobre el caso del magistrado, pero no ha recibido respuesta, para saber qué otras decisiones tomará.
“Eso es parte de lo que ha sido esta larga, difícil, cara y desgastante batalla”, dijo, “espero ahora entre en una nueva fase”.