El Espanyol está viviendo una gravísima situación deportiva, colista en LaLiga y mostrando los peores números de todos los clubs de Primera, por lo que urge una reacción urgente en esta recta final de año si no se desea verse abocado al precipicio de forma prematura.
Antes de llegar al parón navideño, el equipo de Machín afronta dos ‘finales’ de infarto (Betis y Leganés) cuyos resultados pueden determinar su futuro inmediato.
Así, propiciar una conjura por la unidad de todos los estamentos, como ayer reclamó el presidente Chen en la Junta de Accionistas es más vital que nunca.
En dicho escenario, en las últimas horas se ha producido un movimiento para potenciar la comunión de todas las fuerzas con el objetivo de enderezar la nave.
Los capitanes del primer equipo, Javi López, Víctor Sánchez, David López, Diego López y Esteban Granero, se han reunido con representantes del área deportiva, de la Federación Catalana de Penyes y con miembros de la Grada Canito y la Juvenil 1991, para aunar fuerzas de cara a los decisivos partidos que el Espanyol debe jugar. El objetivo, buscar la comunión de todas las fuerzas para remontar el vuelo y abandonar la zona de descenso.
El vestuario es muy consciente que necesitan la ayuda de la afición para salir adelante, máxime porque al acabar el partido ante Osasuna hubo pitada desde la grada y gritos de ‘Directiva, dimisión’.
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