Uno de los iconos innegables de la humanidad en los últimos 50 años fue la caída del Muro de Berlín. La caída, aunque fue algo que se vivió, ha actuado como símbolo para cerrar una etapa en la historia. En total era 155 kilómetros de hormigón armado que se elevaban hasta los 3,6 metros. Su objetivo era separar dos zonas de la ciudad que recogían los dos lados enfrentados durante la Guerra Fría. Tuvieron que pasar 28 años hasta su caída, pero se terminó consiguiendo.
La construcción del muro se inicia por los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Alemania queda partida en cuatro partes: soviéticos, franceses, ingleses y americanos. La zona de los soviéticos creó la República Democrática Alemana (RDA), mientras que las otras tres zonas crearon la República Federal Alemana (RFA).
La crisis económica que se vivía en el lado de la RDA incitó que muchas personas se pasaran al bando de la RFA, más prospera. Esto provocó que la RDA bloquease la noche del 12 de agosto de 1961 gran parte de los puntos de acceso que dividían la ciudad de Berlín. Al día siguiente ya se había colocado una alambrada de 155 kilómetros, siendo la primera piedra del fatídico muro.
La caída del Muro de Berlín
El Muro de Berlín se fracturó con la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989. Esto hizo que muchos alemanes del lado soviético viajaran hasta Hungría, uno de los países bajo influencia soviética, para cruzar la frontera a la RFA. La RDA quiso frenar este éxodo masivo con varias medidas, que fueron respondidas con manifestaciones de miles de alemanes. Finalmente, el 9 de noviembre de 1989 se permitió el paso hacia el oeste sin restricciones.
El desconcierto hizo que el gobierno de la RDA dijese que no hacían falta permisos previos para salir del país, y en una entrevista se hizo oficial que la medida entraba en vigor. Miles de berlineses se agolparon en los puntos de control de la ciudad para pasar sin ninguna oposición. Hoy en día se puede visitar un museo para conocer todos los detalles sobre su historia.
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