Más de 20 contenedores de envío se alinean en el lado sur de una base del US Navy en Gulfport, Mississippi. No están allí para transportar mercancías, sino que se destacan como un marcador silencioso de la violencia armada que afecta a la segunda ciudad más grande del estado.
Las enormes cajas se colocaron en su lugar el otoño pasado, después de que disparos en un complejo de apartamentos subsidiado al otro lado de la calle dañaran cinco casas dentro del Centro del Batallón de Construcción Naval; nadie fue lastimado. La base respondió aumentando las patrullas alrededor de su perímetro y haciendo que una de las áreas más fortificadas de Gulfport lo fuera aún más.
“La óptica de eso es muy mala”, dijo John Whitfield, pastor y director ejecutivo de Climb CDC, una organización sin fines de lucro cercana que se enfoca en el desarrollo de la fuerza laboral. “La practicidad de esto, lo entiendo”.
Un portavoz en la base dijo que la barrera pretende ser una “solución temporal” y que la ciudad había ofrecido garantías de que estaba abordando el problema de la violencia armada. Aún así, la Marina está considerando construir un muro de hormigón permanente.
“La protección de la fuerza de nuestra base, personal y familias es nuestra máxima prioridad”, dijo Becky Shaw, la portavoz, en un correo electrónico.
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