Conte pide los apoyos en el Parlamento de quien “tiene a Italia en el corazón” para evitar su dimisión

Giuseppe Conte, durante su intervención en la Cámara de Diputados.
Giuseppe Conte, durante su intervención en la Cámara de Diputados.POOL / Reuters

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, ha comparecido esta mañana en la Cámara de Diputados y ha realizado un discurso para defender el trabajo del Ejecutivo. El Gobierno se encuentra pendiente de un hilo tras la retirada del apoyo del partido de Matteo Renzi, Italia Viva. Pero el desafío mayor llegará mañana en el Senado, donde los parlamentarios de la formación del ex primer ministro podrían provocar la caída definitiva de este Ejecutivo. “¿Había necesidad de abrir una crisis política en esta fase? No. Hemos cumplido cada esfuerzo para intentar que esta crisis explotase. Pero continúa”, afirmó el primer ministro con amargura.

Conte aseguró que “no se puede borrar lo sucedido”. “Hay que pasar página”, lanzó cerrando la puerta a una reconciliación con Renzi. Pero intentó defender la obra del Ejecutivo, tratando de poner en valor el trabajo realizado estos meses para seducir a nuevos aliados. Parecía olvidar en algunos momentos que no se trataba de un balance de legislatura, sino de la defensa numantina de un ataque dispuesto a tumbarle si no logra sustituir a Renzi. “Ya era consciente de que una alianza procedente de formaciones tan distintas que se habían contrapuesto ásperamente en el pasado podía nacer solo de dos condiciones fundamentales: los valores constitucionales y la sólida vocación europeísta de nuestro país”, admitió.

El europeísmo, justamente, fue la llamada a la responsabilidad que lanzó a la desesperada el primer ministro para convencer a los llamados “responsables” —tránsfugas de otros partidos— a participar en una empresa de apoyo al Ejecutivo para mantenerlo en pie. “Necesitamos hombres y mujeres capaces de huir del egoísmo de la tentación de mirar a lo personal. Hombres y mujeres disponibles para mantener elevada la dignidad de la política. Este es el momento justo para contribuir a esa prospectiva [la de la construcción del país]”, lanzó. “Pido un apoyo líquido, transparente. Sobre la nitidez de la propuesta. A todos los que tengan a Italia en el corazón os pido: ayudadnos”.

Una súplica insólita y melodramática en el Parlamento italiano, que delata la falta de concreción de los últimos días en el intento de reunir una nueva mayoría. Además, vino acompañada de una promesa de seguir combatiendo “los soberanismos”, de abandonar el control de los servicios secretos, como le pedía durante tiempo el propio Renzi, y de un compromiso público con los ciudadanos para terminar de completar su proyecto político si logra superar la tormenta: “Yo estoy dispuesto a hacer mi parte”, terminó.

La votación en la Cámara de Diputados se producirá esta tarde. Pero los números aquí están asegurados. El martes, en cambio, deberá pasar por el Senado con una previsión mucho peor. Los números no anuncian nada bueno, y en el Ejecutivo ya comienzan a filtrar que podrían gobernar con una mayoría relativa. Una idea que debería sostener el presidente de la República, Sergio Mattarella, pero que parece altamente arriesgada en un país de la fragilidad política de Italia.

Los puentes con Renzi están rotos, aseguró el primer ministro. “No se puede ya pensar en recuperar aquel clima de confianza para trabajar todos juntos en el interés del país. Este país merece un Gobierno cohesionado dedicado al bienestar de los ciudadanos para favorecer un relanzamiento de la economía. Es urgente”. Además, el premier italiano criticó fuertemente la oportunidad y los supuestos motivos del líder de Italia Viva para llevar al país hasta el borde del precipicio político. “Es una crisis en plena pandemia. Muchas familias que nos ven están sufriendo por la pérdida de sus queridos. Confieso que tengo un cierto malestar. No vengo a anunciar nuevas medidas de apoyo, ni el último borrador del recovery plan… sino a intentar explicar una crisis para la que los ciudadanos y yo mismo no vemos ni un solo fundamento”.

La ruptura con Renzi no quiere decir que Conte descarte pescar en el grupo parlamentario de Italia Viva. De ahí algunas de las concesiones que hizo de cara al futuro, como la renuncia al control de los servicios secretos. Conte remarcó que el Ejecutivo había hecho todo lo que Renzi pedía para solucionar la crisis. Especialmente las correcciones en el plan de recuperación que debe gestionar los fondos europeos. Pero no sirvió porque, según dio a entender el primer ministro, ese no era el objetivo.


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