Conte reinventa el Movimiento 5 Estrellas

Giuseppe Conte durante una entrevista en una televisión el pasado domingo
Giuseppe Conte durante una entrevista en una televisión el pasado domingoDPA vía Europa Press / Europa Press

El Movimiento 5 Estrellas (M5S) es la probeta con el material político más volátil que ha surgido y logrado gobernar un país en Europa. Marxista hasta la médula —sobre todo en aquello de “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”—, ha mutado ya en incontables ocasiones hasta su última transformación. Hoy, sin todavía haber sido proclamado formalmente, el ex primer ministro italiano Giuseppe Conte se encuentra ya diseñando los nuevos estatutos como líder de facto de la flamante criatura. El profesor de Derecho es, por aclamación popular, el nuevo jefe de un movimiento que llegó para cambiar las reglas de la política, pero al que la política real terminó transformando.

Conte lleva meses encerrado redactando la nueva constitución del M5S. Primero, ha decidido que no será parlamentario. Luego, ha roto con parte del pasado al cuestionar el poder del garante de la formación, Beppe Grillo. También se ha desvinculado de la empresa tecnológica que fundó el partido (Casaleggio Asociados), que controlaba de forma opaca los datos de la militancia. Y ha fijado el centro de gravedad del esquema ideológico en un cierto progresismo ambientalista. Los Verdes en Italia son demasiado radicales, cree, y el ex primer ministro busca inspiración en el partido ecologista alemán. Es una idea que le permitiría intentar convencer al empresariado italiano de acercarse al nuevo artefacto para ir de la mano en la transformación ecológica de la industria con la lluvia de millones que llegará de Europa con el plan de recuperación.

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Conte, que sigue trabajando con parte del equipo que tenía en el palacio Chigi hasta que le sustituyó Mario Draghi como primer ministro, no tiene aún la legitimidad democrática para liderar el movimiento. Hasta julio no está prevista una formalización de su liderazgo. Sin embargo, nadie discute que se ha puesto al frente del cambio. “Todo el mundo sabe que es la única oportunidad del M5S para no convertirse en un partido residual como lo fue el embrión de los grillinos, el viejo partido del fiscal Antonio di Pietro [se llamaba Italia de los Valores], que no pasaba del 7% de los votos”, señalan fuentes cercanas al ex primer ministro. “Aquello era un partido monotemático, que solo hablaba de la justicia y de algunas otras obsesiones. Y es en lo que iba directo a convertirse el M5S. Con Conte, el partido puede volver a aspirar a una masa y recuperar el primer puesto”, insisten.

El rumbo debe cambiar, porque la formación ha pasado en tres años del 33% de los votos obtenidos en las últimas elecciones generales a una estimación de alrededor del 14%. Y en las filas del M5S hay bastante unanimidad sobre la conveniencia de elegir a Conte para hacerlo. El diputado grillino Sergio Battelli, una de las figuras de peso de la nueva era, cree que la formación cambiará con respecto a la de 2013, cuando ganó las generales: “Se hablará todavía a un cierto tipo de electorado radicado en algunas cuestiones básicas nuestras, como el ambientalismo o la lucha contra la desigualdad. Pero ahora somos un movimiento de gobierno que debe dejar algunos asuntos atrás. Él es alguien capaz de dirigir un movimiento actualizado. Tiene fuerza y apoyo”.

Los principales sondeos, de hecho, atribuyen a Conte, uno de los políticos mejor valorados, un empujón de hasta siete puntos porcentuales en estimación de voto. Un impulso amplísimo sin ni siquiera haber comenzado a hacer campaña. De hecho, el primer acto realizado fue el martes en Nápoles, donde se encumbró a quien será candidato a regir la ciudad, Gaetano Manfredi, a través de una lista cívica. Una idea que Conte piensa replicar en muchas otras localidades, si una alianza con el Partido Democrático (PD) lo permite.

Estrategia

Conte ha empezado a mostrar el género al potencial electorado. Tras cinco meses de encierro, comienza a revelar detalles de su proyecto. La parte más delicada de su retorno, sin embargo, será su posición respecto al Ejecutivo de unidad que su partido sostiene mayoritariamente. El nuevo líder fue descabalgado de la presidencia del Consejo de Ministros hace ahora cinco meses para que Draghi ocupase su puesto, un sapo difícil de digerir, pese al buen talante de Conte, que puede generar algunas fricciones. La única manera de definir un perfil propio, señalan fuentes de su entorno, será marcando distancias en materias cruciales, como la reforma de la justicia.

El horizonte más cercano son las elecciones de octubre en las principales ciudades de Italia. El efecto Conte debería ya frenar la tremenda hemorragia electoral de los últimos comicios. Pero la estrategia todavía no está clara. Ni siquiera si el nuevo M5S se aliará con el Partido Democrático de forma general o, por el contrario, la mutación de la nueva criatura lo acercará tanto a los socialdemócratas que se convertirán en enemigos íntimos.


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