Contratos leoninos, dietas extremas y vigilancia continua: qué hay detrás de la aparente perfección del pop coreano


Según relata Charles Darwin en El origen de las especies, “las notas musicales y el ritmo fueron adquiridos por los ancestros masculinos y femeninos de la humanidad con el objetivo de cautivar al sexo opuesto”. Si a esta función de cortejo y procreación se le suma que el pop actual es un género que acostumbra a abordar las preocupaciones de los más jóvenes, la música moderna tiene que hablar necesariamente de amor y sexo.

El problema es que, si la industria está en manos de personas que podrían ser los padres o los abuelos de esos jóvenes, es necesario envolver convenientemente el mensaje para que no sea fácilmente comprensible por los adultos. En consecuencia, la historia del pop está llena de canciones aparentemente inocentes e intrascendentes que, en realidad, son tórridas historias que llegan a rozar lo pornográfico. Si cree que exageramos, lea los ejemplos que hemos recopilado para usted:

‘Les sucettes’ (1966), de France Gall

Cuál es su historia. En 1963, Robert Gall animó a su hija France a que grabase algunas canciones y probase suerte en el mundo de la música. La pequeña, que por entonces contaba quince años, hizo una prueba para Philips y fue contratada por dicha compañía. Aunque Robert Gall era un letrista de prestigio que tenía en su haber temas como La mamma de Charles Aznavour, prefirió que las canciones de su hija las escribiera un joven muy prometedor que conocía los ritmos modernos: Serge Gainsbourg. El tándem Gall-Gainsbourg funcionó a la perfección y no tardó en tener éxitos como N’écoute las les idoles y Poupée de cire, poupée de son, con la que la francesa venció Eurovisión representando a Luxemburgo en 1965. Eufórico por tanta popularidad, Gainsbourg le presentó una nueva canción: Les sucettes. Lo que pasó después, le sorprenderá.

Qué oculta. Grabada en 1966, cuando Gal todavía era una adolescente de 17 años, Les sucettes fue todo un escándalo. Si bien el título remite a algo tan inocente como unas piruletas, en manos de Gainsbourg el tema se tornaba perverso y cargado de contenido sexual. Estrofas como “a Annie le encantan las piruetas de anís”, “cuando el azúcar perfumado con anís se hunde en la garganta de Annie, ella entra en el paraíso” o “su lengua juega con el palito” pasaron desapercibidas para Gall y su padre, pero no para miles de jóvenes (y no tan jóvenes) que escuchaban la canción con verdadero disfrute lúbrico. De hecho, cuando France Gall se enteró de la artimaña de Gainsbourg, se enfadó y rompió su relación profesional con el compositor.

‘Like a virgin’ (1984), de Madonna

Cuál es su historia. Like a virgin fue el tema que dio título al segundo trabajo de estudio de Madonna. La canción, que alcanzó el puesto número uno de la prestigiosa lista de éxitos de Billboard, había sido compuesta por Tom Kelly y Billy Steinberg, que explicó que, para escribir la letra, se había inspirado en sus experiencias personales en el campo sentimental.

Qué oculta. Like a virgin era una canción pegadiza, bailable e insustancial que había hecho disfrutar a varias generaciones de aficionados a la música hasta que, en 1992, Quentin Tarantino estrenó su película Reservoir Dogs. En la escena inicial del filme, entre los diferentes temas de los que charlan los atracadores mientras desayunan está el del significado oculto de esta canción. Según comenta el Señor Marrón, interpretado por el propio Quentin Tarantino, Like a virgin trataría de una mujer que conoce a un hombre cuyo pene tiene tales dimensiones que, cuando mantienen relaciones sexuales, le hace sentir como si lo hiciera por primera vez. Para argumentar esa teoría, Tarantino se habría basado en los versos del estribillo, que dicen: “me hiciste sentir reluciente y nueva / como una virgen / tocada por primera vez”. A pesar del razonamiento del realizador, Madonna mantiene que la canción no habla de sexo y, para demostrarlo, le regaló al realizador una copia de su disco Erotica con una dedicatoria que decía: “Quentin: es sobre amor, no sobre pollas”. El debate sigue abierto.

‘Si amanece’ (1978), de Rocío Jurado

Cuál es su historia. Manuel Alejandro es uno de los compositores españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX. El gaditano es autor de éxitos como Manuela de Julio Iglesias, Yo soy aquel y Hablemos del amor de Raphael, Soy rebelde de Jeanette y de algunos de las canciones más populares de Rocío Jurado. Entre ellas está Si amanece, composición escrita junto a Ana Magdalena e incluida en el LP De ahora en adelante.

Qué oculta. En 1978, fecha de publicación de Si amanece, hacía un año que la censura había desaparecido en España. El público estaba deseoso de leer, ver y escuchar libros, películas y canciones que tratasen de temas que antes estaban prohibidos, y los creadores estaban dispuestos a ofrecerles ese material. De este modo, Si amanece tenía todas las papeletas para ser un éxito gracias a versos como “Si amanece y ves que estoy despierta / porque de tu amor aún no estoy llena / ámame otra vez, ámame otra vez / con las mismas fuerzas de la primera vez” o “Si amanece y ves / que estoy desnuda / cúbreme, cúbreme, cúbreme / cierra la ventana / si no hay luna / y cúbreme, cúbreme, cúbreme”. Una petición que no hacía referencia precisamente a la ropa de cama, sino a algo más animal. En 1986, Raphael decidió grabar la canción en Toda una vida, el disco homenaje a Manuel Alejandro, dando así un nuevo sentido a la letra.

https://www.youtube.com/watch?v=clYJ2A32Svo

‘L’importante é finire’ (1975), de Mina

Cuál es su historia. Mina Mazzini siempre ha sido una mujer independiente a la que nunca han importado dimes y diretes. Madre soltera cuando eso era un estigma social –y más aún en la católica Italia de los sesenta–, la Tigresa de Cremona ha sabido dirigir su carrera con independencia, hasta el punto de crear su propio sello discográfico para no tener que depender de las grandes compañías y así elegir libremente su repertorio. Como adelanto de su LP La Mina, la cantante italiana lanzó L’importante é finire, composición de Cristiano Malgioglio y Alberto Anelli, que llegó a estar en el número 2 de las listas de éxito italianas, a pesar de que la RAI prohibió que fuera radiada debido a su letra.

Qué oculta. Analizada con cierta atención –aunque tampoco se requiere demasiada–, L’importante é finire es una oda al orgasmo femenino. En ella se narra la historia de una mujer que, cuando su pareja llega a casa, comienza a hacer el amor con ella (“abre lentamente la puerta / se tira en la cama y / de repente siento mis manos apretando / me tiemblan las piernas y luego y luego y luego…”). Sin embargo, en mitad del acto, surge la duda (“no sé si hacerlo o dejarle sufrir”) pero, como es ella es quien lleva la batuta, decide seguir adelante porque “lo importante es terminar”. A continuación, vuelven a empezar (“comienza de nuevo / la respiración es agitada / no sé si parar o morir de nuevo”) con tan buenos resultados como en la vez anterior porque, “lo importante es acabar”.

‘Ay qué gustito pa mis orejas’ (1995), de Raimundo Amador

Cuál es su historia. Pablo Carbonell es el autor de la letra de este tema que Raimundo Amador incluyó en su LP Gerundina. En un primer momento, el exmiembro de Veneno y Pata Negra no las tenía todas consigo en lo que a grabar la canción se refiere. “Yo no puedo cantar esto, Pablo”, le dijo el guitarrista al autor de la canción que, superadas esas reticencias, la grabó junto a Andrés Calamaro y consiguió uno de sus mayores éxitos de su carrera.

Qué oculta. ¿Por qué no quería cantar Raimundo Amador la canción que Pablo Carbonell compuso para él junto al músico Alberto Moraga? Según cuenta el líder de Los toreros muertos, Amador le dijo escandalizado “es que esto es una comida de c***”. Efectivamente, la letra habla de sexo oral femenino y, de hecho, su autor reconoce que fue en semejante tesitura cuando se le ocurrieron los versos “ay, que gustito pa mis orejas / enterradito entre tus piernas”. El resto de la letra, que incluye estrofas como “yo todavía no te he escuchao, a tu pregunta / ay, no te oigo bien / porque ando sumergido en tu miel”, ya fue saliendo poco a poco en casa de Moraga.

‘My Girl’s Pussy’ (1931), de Harry Roy & His Orchestra

Cuál es su historia. Harry Roy fue un clarinetista y director de orquesta británico que, durante los años 20, 30 y 40, causó sensación en las pistas de baile de los clubes nocturnos, los cafés y los hoteles con la Harry Roy and His Bat Club Boys y, posteriormente, con sus Harry Roy’s Tiger Ragamuffins. En 1931 escribió junto a Anthony Fanzo My girl’s pussy, un animado tema que ha sido objeto de numerosas versiones gracias a su melodía y su simpática letra de doble sentido. Entre ellas destaca la de los Suit Cheap Seneraders, el grupo del ilustrador Robert Crumb.

Qué oculta. My girl’s pussy significa El gatito de mi novia. Hasta aquí, nada alarmante. De hecho, la letra se limita a contar la tierna relación que mantiene el protagonista con la mascota de su pareja: “Hay una mascota que me gusta acariciar / todas las tardes / la acaricio cada vez que tengo ocasión / se trata del gatito de mi novia”. Un gatito que, según se cuenta, “sale por la noche con frecuencia / regresa al amanecer / y no importa el clima que haga / que siempre está calentito”. Sin embargo, como en la canción de Mecano, “el matiz viene después”, y es que “pussy” en inglés es también una forma de referirse al sexo femenino. Cambien entonces gatito por ese otro término y tendrán una canción totalmente distinta.

‘Trigal’ (1969), de Sandro

Cuál es su historia. Roberto Sánchez Ocampo, más conocido como Sandro, Sandro de América o El Gitano, es uno de los ídolos de la canción latinoamericana. Nacido en Buenos Aires en 1945, fue uno de los pioneros del rock argentino. Comenzó imitando a Elvis para, posteriormente, desarrollar un estilo propio que plasmó en temas como Tengo, Rosa, Rosa, Guitarras al viento, o este Trigal, que levantaba pasiones entre sus fans, conocidas cariñosamente como “Las nenas”.

Qué oculta. Incluido en el disco de 1969 titulado sencillamente Sandro, Trigal es una sucesión apasionada de sutiles imágenes sobre surcos, cosechas, frutos, siembras y otras situaciones relacionadas con las estaciones y el ciclo de la vida. Además, con la interpretación cimbreante y sugerente de Sandro, versos como “trigal, donde mis manos se dilatan / se comprimen y arrebatan…” o “¡Ay!, trigal… ⁄ dame tu surco y / dame vida…” resultan tan tórridos que podrían hornear el pan obtenido de esas espigas.

‘Agapimú’ (1979), de Ana Belén

Cuál es su historia. En 1974, Mia Martini, cantante italiana hermana de Loredana Bertè, incluyo en su LP É proprio come vivere la canción Agapimu, un tema cantado en griego y compuesto por ella misma junto a Giorgio Conte y Dario Baldan Bembo. Cinco años más tarde, Ana Belén haría su propia versión del tema en el álbum Ana, publicado por la compañía CBS.

Qué oculta. La versión de Agapumú, a la que se añadió en el título “Amor mío”, que es lo que en realidad significa esa palabra en griego, corrió a cargo de Luis Gómez Escolar, un magnífico letrista capaz de escribir desde las estupendas canciones de Chispita y sus gorilas, al Juntos de Paloma San Basilio, pasando por Fotonovela de Iván o Fiesta de Raffaella Carrà. En esta ocasión, Gómez Escolar firmó una preciosa letra que, por la época, podría haber sido clasificada S o, por lo menos, con dos rombos. Versos como “tocas mi cintura / como la hiedra toca altura, agapimú” preparan el camino para otros un poco más subidos de tono pero igual de elegantes como “entras en mi cuerpo / como la lluvia entra en mi huerto / agapimú”. Todo ello, para llegar a un clímax en el que el amante se compara con los embates del mar y como el río que riega la tierra fértil: “eres el mar cuando se enfada / eres la noche iluminada / eres como el río / que va regando el amor mío”. Una magnífica adaptación que madres y padres de los 80 ponían en el radiocasette del coche y que se cantaba en familia como si nada.

‘Sheena Easton’ (1984), de Sugar Walls

Cuál es su historia. En 1984, la cantante Sheena Easton publicó A private heaven, LP cuyo título hacía referencia a uno de los versos de Sugar Walls, canción incluida en él. El tema había sido escrito por Alexander Nevermind que, en realidad, era un pseudónimo de Prince. El tema estuvo dieciséis semanas en la lista de éxitos de Billboard y alcanzó el número uno en la categoría de música de baile.

Qué oculta. La canción que escribió el genio de Minneapolis para Easton contenía tal cantidad de referencias sexuales, que algunas cadenas de televisión prohibieron la emisión del videoclip que, curiosamente, no mostraba ninguna imagen explícita. También fue criticada por fanáticos religiosos y por el Parents Music Resource Center (PMR), un comité formado por esposas de varios senadores que determinaba si ciertos contenidos audiovisuales eran adecuados para los jóvenes estadounidenses o no. El PMR incluyó el tema en “Las 15 asquerosas”, una lista de canciones que, según ellos, debían estar censuradas y de la que también formaban parte Animal (fuck like a beast) de WASP, Trashed de Black Sabbath o We’re not gonna take it de Twisted Sister. Si bien es cierto que Prince lo envolvió todo en tules y poesía, fueron pocos a los que se les escapó que cuando hablaba de un lugar de “paredes de azúcar” donde “acuden los buenos chicos” y “la temperatura es siempre alta”, se refería a los labios vaginales. Mención aparte merece el uso reiterado en la letra del verbo “to come”, cuyo significado en argot no es algo que enseñen en la academia de inglés cuando uno va a sacarse el First Certificate.

‘Darling Nikki’ (1984), de Prince

Cuál es su historia. Otra de las canciones incluidas en Las 15 asquerosas era Darling Nikki, lo que convierte a Prince en el único autor en tener dos composiciones en esa discutible lista. La inclusión se hizo a petición de Tipper Gore, por entonces esposa de Al Gore, que descubrió a su hija de once años escuchando la canción, que formaba parte del LP Purple Rain. Lo más curioso es que Darling Nikki nunca fue lanzada como single, por lo que no tuvo tanta promoción ni se radió con demasiada frecuencia, algo que no impidió que se convirtiera en un hit entre los más jóvenes.

Qué oculta. La verdad es que la letra oculta bastante poco. En la primera estrofa, Nikki ya es presentada como una “sex friend”, término que podría traducirse con el neologismo de “follamiga”. En la segunda estrofa, se cuenta cómo se conocen ella y el protagonista –“en el vestíbulo de un hotel masturbándose con una revista”– y, en la tercera, Nikki invita al protagonista a su casa. Una vez allí, mantienen relaciones sexuales y, a la mañana siguiente, cuando despierta, ella ya no está. Sin embargo, ha dejado un número de teléfono por si el chico quiere que vuelvan a quedar aunque, eso sí, solo para “to grind”. Que para los que no hablen inglés es, básicamente, lo que han estado haciendo toda la noche.

‘What’s That Smells Like Fish’ (1938), de Blind Boy Fuller

Cuál es su historia. Blind Boy Fuller, nombre artístico de Fulton Allen, fue un músico, compositor y cantante estadounidense que quedó ciego después de que fuera atacado con ácido. Unas versiones dicen que la agresión provino de su madre cuando era niño y otras, de una amante cuando era joven. Sea como fuere, de lo que no hay duda es de que fue uno de los grandes bluesmen de los años 30, gracias a la abundancia y variedad de discos de 78 rpm que grabó antes de fallecer a los treinta y cuatro años.

Qué oculta. Las canciones con doble sentido no son exclusivas de la época moderna. El folclore de todo el mundo está lleno de ejemplos de este tipo de composiciones y, muy especialmente, el blues, género en el que abundan los temas sobre caramelos en barra, hornos para bollos, cuencos que precisan azúcar, lápices que no pintan y otras referencias a la anatomía humana o sus particularidades, como el penetrante olor de algunas partes del cuerpo. Esta problemática se aborda en esta canción en forma de diálogo entre una persona que pregunta “¿qué es eso que huele a pescado?” y otra que responde “Comida, ¿quieres probarla?”. Ni que decir tiene que no es una canción sobre gastronomía.

https://www.youtube.com/watch?v=HGVShoAWp00

‘La vaselina’ (1933), de La Bella Dorita

Cuál es su historia. Si los estadounidenses tienen el blues para dar rienda suelta a los dobles sentidos y las canciones picantes, en España tenemos el cuplé y las canciones sicalípticas. Una de las artistas que mejor supo interpretarlas fue María Yáñez García, conocida artísticamente como La Bella Dorita, que triunfó en el Molino de Barcelona con un repertorio que incluía La pulga, Poco a poco, Fumando espero o El tren, ese medio de transporte que entra y sale de túneles cada dos por tres.

Qué oculta. La verdad es que esta es otra de esas canciones que ocultar, ocultan poco. Si bien disfraza el verdadero tema con un halo de candidez –“pero soy tan inocente que no acierto a comprender para qué es la vaselina ni en qué sitio la pondré”–, el hecho de que se mencione ese producto y la boda, hace que la cosa se caiga de maduro. Incluso cuando se quiere mantener el suspense con versos como “ayer dijo mi familia que en el día de la boda / como nunca fue a la iglesia / que tampoco entrará toda”, al llegar al estribillo todo se sale de madre: “estoy deseando que llegue ese día tan dichoso / para usar la vaselina solamente con mi esposo / Para echármela en el pelo y ponerlo muy brillante / si le gusta a mi marido por detrás, o por delante / Pero si le gusta también por detrás, necesitaría… / ¡un poquito más!”. Como pueden ver, el reggaeton y el trap no han inventado nada.

‘Lola’ (1970), de The Kinks

Cuál es su historia. Un año después de que The Kinks lanzaran Victoria (1969), le tocó el turno a Lola, tema contenido en el LP Lola Versus Powerman and the Moneygoround, Part One. Desde su publicación, Lola se convirtió en un hit mundial y aumentó la popularidad de The Kinks que, por entonces, andaba un poco de capa caída.

Qué oculta. La canción narra el encuentro en un bar del Soho de un joven con una mujer transgénero llamada Lola. El muchacho, que cuenta que se había independizado del domicilio familiar una semana antes y nunca había besado a una mujer, se va con ella a casa y mantienen relaciones sexuales con normalidad y sin mayor drama, al menos teniendo en cuenta que la canción se publicó en 1970. A pesar de esa normalidad, Lola fue censurada por la BBC y no pudo ser radiada, pero no por las referencias sexuales –o al menos eso argumentaron– sino por la mención de Coca-Cola, la palabra que facilitaba la rima con Lola. Ray Davis, compositor de la canción, tuvo que cambiar la marca comercial por cherry-cola, que era un genérico y no daba lugar a problemas legales.

‘Je t’aime moi non plus’ (1969), de Jane Birkin y Serge Gainsbourg

Cuál es su historia. En 1968, Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot, que mantenían una relación sentimental a espaldas de Gunter Sachs, esposo de la actriz, grabaron Je t’aime moi non plus, un tema lleno de suspiros y jadeos que sugiere una relación sexual entre los intérpretes. Cuando escuchó el resultado, Bardot prefirió que no se publicase para no minar más su matrimonio, de modo que el tema quedó inédito hasta 1986, cuando se publicó con fines benéficos. Sin embargo, poco después de la grabación con Bardot, el compositor francés conoció a la actriz inglesa Jane Birkin y decidió hacer una nueva versión con ella que, esta vez sí, fue comercializada por el sello Fontana.

Qué oculta. La letra de Gainsbourg, en la que se repiten versos como “eres la ola / yo la isla desnuda / vas y vienes / entre mis caderas”, sumada a la sensual interpretación de Birkin, que al final del tema simula tener un orgasmo, provocaron que el disco fuera prohibido en países como España, Italia, Portugal, Reino Unido o Suecia. A pesar de llevar la etiqueta de “no radiable” por sus referencias sexuales, Je t’aime moi non plus se convirtió en un single superventas que incluso alcanzó el número uno en las listas de éxito inglesas.

‘Despacito’ (2017), de Luis Fonsi

Cuál es su historia. Desde su publicación a principios de 2017, Despacito se convirtió en un éxito mundial. Tres meses después de que el videoclip fuera subido a la plataforma Youtube, ya tenía mil millones de visualizaciones y, en la actualidad, esa cantidad supera los seis mil millones de visualizaciones, que lo han convertido en el vídeo más visto en la historia de esa web. El fenómeno Despacito fue de tal envergadura, que dio lugar a versiones de artistas como Justin Bieber, de cantantes anónimos que las colgaron en Youtube y a parodias como la de Los Morancos, que arrasó por redes.

Qué oculta. El propio Luis Fonsi ha reconocido que Despacito es una canción sobre una relación sexual, pero narrada de “manera elegante y romántica”. Para ello, el cantante portorriqueño emplea metáforas entre lo críptico y, todo sea dicho lo sonrojante. Por ejemplo, “tú eres el imán y yo soy el metal / me voy acercando y voy armando el plan”, “firmo en las paredes de tu laberinto / y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito”, “que le enseñes a mi boca / tus lugares favoritos”, “sabes que esta beba está buscando de mi bom bom” o la que tal vez se lleve la palma: ”ven prueba de mi boca para ver cómo te sabe / quiero, quiero, quiero ver cuánto amor a ti te cabe”. Despacito, que ha sido interpretada por niños, jóvenes, adultos y personas de edad provecta de todo el mundo sin problema alguno, fue prohibida en Malasia y eso que allí no entienden la letra.

‘Lo estás haciendo muy bien’ (1985), de Semen-Up

Cuál es su historia. En 1985, la compañía Nuevos Medios lanzó Lo estás haciendo muy bien, el primer disco de la banda Semen-Up que, ya desde su nombre, dejaban claro la línea de sus composiciones. Tanto es así que, en las entrevistas de promoción se presentaban como un grupo de “porno pop”. Incluso la portada del disco, un maxisingle de 12 pulgadas a 45 revoluciones por minuto, abundaba en esta idea y mostraba a una mujer con la cabeza apoyada en el regazo de un hombre sentado en el interior de un automóvil.

Qué oculta. La verdad es que, a diferencia de otras canciones en las que las referencias sexuales son más sutiles, el tema de esta canción está bastante claro: una felación. Si bien versos como “ahora te debes callar y vas a saborear / el exquisito manjar que pongo en tu boca” podrían dar lugar al debate, otros como “mientras yo me concentro, chúpala más adentro”, lo zanjan definitivamente. De hecho, la canción fue prohibida en televisiones y radios generalistas por su contenido, lo que provocó que aumentase su popularidad. Por otra parte y más allá de cuestiones polémicas, Radio3 eligió a Semen-Up como el grupo revelación de 1985.

‘Me haces tanto bien’ (1993), de Amistades peligrosas

Cuál es su historia. En 1989, el que fuera líder de Semen-Up, Alberto Comesaña, y Cristina del Valle formaron Amistades Peligrosas, un dúo en el que el músico gallego seguía explorando la senda del erotismo, pero con un toque de elegancia que tal vez había faltado en su grupo anterior. En 1991, la pareja lanzó su primer LP, Relatos de una intriga, que vendió más de trescientas mil copias gracias canciones como Estoy por ti, un tema que se adelantaba a Tinder y Grindr –“Fue igual que ayer o antes de ayer / citándonos a ciegas en un viejo hotel / un hombre solo, una mujer / sin nombre, sin pasado / sin querer saber”– y que será siempre recordada por ese estribillo todavía un poco crudo que decía “hoy voy a ir al grano, te voy a meter mano”. En 1993 Amistades Peligrosas publicaron La última tentación, del que formaba parte Me haces tanto bien, y cuya letra, a pesar de tener connotaciones sexuales, era mucho más elegante y elaborada.

Qué oculta. Me haces tanto bien narra de forma poética una relación sexual completa a través de estrofas como “Me quemas con la punta de tus dedos / tus manos hacen llagas en mi piel / me abraso con tu lengua que es de fuego / la sangre hierve, ¿o no lo ves?” o “que tú ya sabes que me tienes cuando quieras / ya sabes como soy / ya sabes que me entra a la primera / ahora ya sale algo mejor”. La última tentación fue triple disco de platino en España y disco de oro en Portugal, Argentina, México y Chile.

‘Touch of my hand’ (2003), de Britney Spears

Cuál es su historia. En 2002, la relación entre Justin Timberlake y Britney Spears se rompió. Aunque la cantante decidió tomarse unos meses de descanso, pronto comenzaron a surgirle canciones que acabarían dando forma a In the zone, su cuarto álbum. El primer tema que se grabó fue Touch of my hand que, según Spears, fue la que marcó el tono de las demás piezas.

Qué oculta. Algunos de los versos de Touch of mi hand dicen “me amo a mí misma / no es un pecado / no puedo controlar lo que sucede”, y más adelante, “otro día sin un amante / cada vez entiendo mejor el toque de mi mano”. En definitiva, una oda al placer solitario, que en inglés es aún más evidente por el empleo de verbos y términos que pueden tener significados relativos al campo sexual. Por si hubiera alguna duda de la intención de Spears, otras canciones del disco –como Showdown, Breathe on me y Early mornin’–, también hacen referencia a relaciones sexuales, algunas de las cuales, como las relatadas en Early mornin’, se producen en plena calle, después de una noche de juerga y cuando está comenzando el nuevo día. Si duda, la ruptura con Timberlake fue una época agitada para Britney.

‘Una carezza in un pugno’ (1968), de Adriano Celentano

Cuál es su historia. En 1968, Adriano Celentano lanzó un single inapelable. Por una cara estaba Azzurro, el tema de Paolo Conte que, durante más de cuatro décadas, fue la sintonía de cierre de Flor de Pasión de Juan de Pablos; por la otra, Una carezza in un pugno (Una caricia en un puño). Esta segunda composición, firmada por Luciano Beretta, Michele Del Prete y Gino Santercole, sobrino de Celentano, podía ser interpretada de diferentes formas. ¿De cuáles? Siga leyendo.

Qué oculta. Una carezza in un pugno puede entenderse como una historia de amor romántico entre un joven que añora a una antigua pareja que, tras abandonarlo, ahora tiene otras relaciones. En esta interpretación, el joven recuerda en la soledad de su cuarto cuando él y su amada se abrazaban, caminaban de manos dadas y se acariciaban. Situaciones de las que, ahora, solo queda esa agradable sensación en el puño cerrado. Otra versión, defendida por el escritor Luca Sofri, sostiene que la canción habla de masturbación. Para ello se basaba en el testimonio de Gino Santercole y en versos como “si realmente me amas / piensa en mí al menos media hora / y del puño cerrado una caricia nacerá”, o también, “sostendré la almohada en mis brazos / mientras buscaré tu rostro / que aparecerá radiante en la penumbra”. Independientemente de la explicación, Una carezza in un pugno es una de las canciones más populares de Celentano que, a día de hoy, aún la incluye en el repertorio de sus conciertos.

‘YMCA’ (1978), de Village People

Cuál es su historia. Cuando Village People apareció en la televisión española en 1978, la sociedad, aún adormecida por los cuarenta años de dictadura, pensó que eran un grupo de artistas estrafalarios que actuaban con ultraceñidos disfraces de policía, motorista, vaquero y marinero por meras cuestiones estéticas. Con el paso del tiempo, España entendió que buena parte del repertorio de Village People, así como su vestuario, hacía referencia a temas del colectivo gay como, por ejemplo, el cruising, término que inspiró su segundo LP, y que no se refiere precisamente a irse de vacaciones con Costa Cruceros.

Qué oculta. YMCA hacía referencia a la Young Men’s Christian Association, una organización religiosa que se dedica a alojar a jóvenes de sexo masculino y a organizar actividades deportivas. Aunque Victor Willis, uno de sus compositores, afirmó que el tema no tiene referencias a la homosexualidad, al ligue esporádico o al sexo ocasional y furtivo, el colectivo gay lo ha adoptado como himno. ¿La razón? Estrofas tan sugerentes como “porque estés en una ciudad nueva / no hay razón para ser infeliz / hay un lugar al que puedes ir / (…) / estoy convencido de que encontrarás / muchas formas para pasar el rato”, “allí tienen todo lo necesario para que disfruten los chicos (…) / puedes hacer todo aquello que sientas” o “ningún hombre lo hace todo solo”. Para no ser un tema gay, es mucha casualidad junta, la verdad.

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