Hay preguntas que solo admiten una respuesta. Ésta es afirmativa y rotunda cuando el protagonista es Leo Messi y se cuestiona su ascendencia en el fútbol.
“¿Acaso él no es parte de la historia?”, interpeló Marta Vieira da Silva a los periodistas que el pasado enero, durante la concentración de la selección brasileña en la Granja Comary, discutían su reinado en la disciplina por la falta de una Copa del Mundo en su currículum.
Como el astro del Barcelona, la talentosa jugadora del Orlando Pride sufrió el sinsabor de la derrota en la final de un Campeonato del Mundo.
Leo perdió con Argentina, en la prórroga, la final del Mundial de 2014. Marta y Brasil sucumbieron ante Alemania en 2007, siete años antes.
Como al ’10’ de Argentina, a Marta también se le exige en Brasil que levante el trofeo más importante.
“¿Pero acaso Messi no entró en la historia del fútbol?”, insistió desafiante la brasileña, condecorada en seis ocasiones como la mejor jugadora del mundo.
“No por no ganar su nombre deja de aparecer en la historia. Eso es cosa de los brasileños, que critican mucho; principalmente, en el fútbol. Parece que entras (en la historia) por ganar y que no puedes entrar por competir”, argumentó la capitana de la Canarinha.
Para ella hay una conquista que sí merece reconocimiento. “La gente trabaja para ganar títulos, es evidente; pero también para ganar oportunidades. Volver aquí, a la Granja, y ver cómo cambió todo, ver que realmente nuestra modalidad está creciendo, no es una cosa que ocurra de un día para otro. Para nosotras, que estamos volcadas en esa lucha, eso es mucho mejor que un título”, sostuvo entre lágrimas.
Y es que detrás de los focos, de los premios y de los halagos, Marta guarda una historia de sufrimiento.
“Mis comienzos fueron muy difíciles”, rememoró en una entrevista concedida a EFE cuando militaba en el Rosengard.
“Yo percibía que jugaba mejor que los niños y eso, en cierta manera, generaba odio, una discordia. Los niños no lo aceptaban, me vejaban, me decían que tenía que dejar de jugar. Digamos que el fútbol en aquella época era un deporte totalmente volcado al mundo masculino. Yo soy de una ciudad muy pequeña y aquello generaba confusión.
Todos, incluidos mis hermanos, hablaban mal de mí. Fue muy difícil. ¡Yo solo quería jugar con ellos! Los comentarios de la gente me dejaban realmente triste, pero nunca hasta el punto de no querer jugar más al fútbol”, afirmó.
A sus 33 años lo sigue haciendo. Como si el tiempo se hubiera detenido, sigue guiando el presente de la Canarinha junto a Formiga, de 41, si bien el nivel de la selección ‘verde-amarelha’ no le alcanza para pensar en el título en Francia.
Durante la preparación del Mundial, la escuadra brasileña atravesó una racha de resultados pésima. Entre julio de 2018 y abril de 2019 fue de derrota en derrota.
El primer objetivo, por tanto, es superar la fase de grupos para igualar los octavos de final de Canadá 2015. Australia, Italia y Jamaica son sus rivales en el Grupo C.
“El partido más difícil será contra Australia. Siempre nos lo ha puesto complicado. Italia tiene un estilo europeo y además lucha bastante y Jamaica -número 53 en el ránking mundial- es el equipo del que tengo menos información. Tenemos que centrarnos en nuestro equipo, en estar bien”, recalcó.
Grupo C: Selecciones y ránking FIFA
Australia (6), Brasil (10), Italia (15) y Jamaica (53)
Calendario del Grupo C
9 de junio:
Australia-Italia (Valenciennes)
Brasil-Jamaica (Grenoble)
13 de junio:
Australia-Brasil (Montpellier)
14 de junio:
Jamaica-Italia (Reims)
18 de junio:
Jamaica-Australia (Grenoble)
Italia-Brasil (Valenciennes).