Si algo deberíamos haber aprendido estos últimos meses es que estar encerrados en casa no es sinónimo de comer malo ni aburrido, sino que puede ser equivalente a agudizar el ingenio y ponernos de una vez frente a los fogones sin salir despavoridos. Utilizando el maíz -vale de lata o congelado- esta propuesta nos acerca a toda esa familia de chowder populares en Norteamérica, cuya característica principal es el uso generalmente de bacon o tocino, algún lácteo como nata y un espesante que puede ser harina o, canónicamente, crackers.
En Nueva Inglaterra y Canadá son tremendamente populares el clam chowder -de almejas-, el fish chowder de pescado y este corn chowder que resulta sencillísimo de hacer y que se puede acoplar perfectamente a lo que tengamos en la nevera y en la despensa durante la cuarentena. El tocino puede ser sustituido por panceta, yo he usado una adobada, la mantequilla por aceite de oliva, la nata por leche, la cebolla por puerro, cebolleta o chalota, la harina por pan rallado, fécula de maíz o los tradicionales crackers y el maíz, incluso, podría abrir la puerta a palmitos, pimientos, guisantes o lo que cada uno tenga a mano.
El secreto de esta sopa de maíz es que quede espesita, con un cierto toque lácteo y que tenga mucha pimienta negra para darle alegría al cuerpo. Al contener patata no congela bien, pero es económica y gustará a todo el mundo: por supuesto, le podéis añadir queso o incluso unos tropezones de pollo desmechado o unos cuartos de huevo duro.
Dificultad
Pronunciar rápido y bien corn chowder sin que parezca que tienes sinusitis
Ingredientes
Para 2 personas
- 60 g de panceta curada o bacon
- 2 cucharadas de mantequilla o aceite de oliva
- 1 cucharada de harina de trigo
- 600 ml de caldo de pollo, vegetales o agua
Preparación
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Cortar la panceta (o bacon) en cuadraditos y saltearla hasta que se dore en la olla donde haremos la sopa. Retirar y dejar secar el exceso de grasa sobre un papel de cocina
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Sin retirar la grasa restante, poner la mantequilla o el aceite en la olla y sofreír la cebolla bien picada hasta que esté tierna y traslúcida. Añadir el ajo muy picado, dejar un minuto e incorporar la harina.
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Remover muy bien para que la harina se cocine y se tueste ligeramente, durante dos o tres minutos.
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Incorporar entonces el caldo -o agua- y subir el fuego para que rompa a hervir. Añadir también la patata pelada y cortada en rodajas, el tomillo, la sal y la pimienta. Bajar el fuego y dejar cocinar a fuego suave durante 15 minutos.
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Añadir entonces los granos de maíz y dejar cocinar cinco minutos más, asegurándonos de que las patatas están tiernas.
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Retirar un cucharón de sopa, triturarlo bien y volverlo a añadir, esto nos servirá para espesar la sopa de forma natural con sus propios ingredientes. Añadir la nata, si se desea, es opcional.
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Servir con la panceta salteada por encima, cebollino y o cualquier otra aromática que haya en la nevera o en el macetero. Terminar con mucha pimienta molida; opcionalmente se puede incorporar queso, pollo o incluso chorizo.
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