Entre los rumores sobre la confección de la plantilla del Barça para la temporada que viene, el equipo de Sarunas Jasikevicius encontró el refuerzo que más necesitaba en sus propias filas, con la recuperación de la versión más decisiva de Cory Higgins.
El escolta estadounidense encestó este domingo la canasta ganadora frente al Gran Canaria (86-88) en el segundo partido de los cuartos de final de las eliminatorias por el título de la Liga Endesa, que significó la clasificación del cuadro azulgrana para las semifinales, donde se medirá al vencedor de la serie Joventut-Lenovo Tenerife.
Este último tiro, una suspensión sobre la bocina y con la mano de Dylan Ennis en la cara, fue el colofón a una demostración de liderazgo por parte de Higgins, que asumió mucha responsabilidad ofensiva como ejecutor (12 puntos, 9 faltas provocadas) y generador (5 asistencias) cuando el Gran Canaria amenazaba con romper el partido.
“En estos momentos, un poco difíciles, lo más importante de que Higgins esté en el vestuario es que tiene muchísima experiencia. Sabe levantarse, ha visto de todo. La cuestión es cómo estará físicamente. Si el físico le permite coger su ritmo, es casi un nuevo fichaje para esta temporada”, reconoció Jasikevicius tras el primer duelo de la serie.
El técnico lituano apenas ha podido contar este curso con uno de los pilares de la plantilla, alejado de las pistas de principios de noviembre a finales de diciembre por unos dolores de espalda y de finales de enero a principios de mayo por la fascitis plantar que le obligó a pasar por el quirófano.
El escolta, que este curso ha disputado 30 partidos oficiales y se ha perdido otros 50, respondía aliviado este domingo a la pregunta de si se acerca a su mejor versión: “Eso espero. Ha sido un largo camino de vuelta. Estoy agradecido de estar sano otra vez, o acercándome a ello, y espero terminar la temporada con fuerza”.
“Está mejor cada día. Ya empieza a romper, a cambiar direcciones. No es fácil, ha estado cinco meses fuera, pero es una gran noticia”, admitió este domingo Jasikevicius, que mantuvo a Higgins en la pista durante 27 minutos y 29 segundos, el intervalo más largo desde el 28 de octubre frente al Maccabi Tel Aviv en la Euroliga (28.02).
“Estoy muy cómodo en estas situaciones (finales igualados). Me gustan los momentos de presión, es lo que quieres hacer como competidor (…) Espero que podamos usar esto como impulso. Lo más importante para nosotros, como siempre, es la mentalidad”, resumió el propio Higgins.
La recuperación de Higgins es especialmente importante en el contexto de un Barça en involución de juego y confianza -salvo contadas excepciones, como Nikola Mirotic-, tras la decepción que supuso la derrota en las semifinales de la Euroliga contra el Real Madrid, y obligado a reaccionar para revalidar el título liguero.