Costo y calidad en el servicio, los retos de la empresa pública que ofrecerá internet: Dresser

El académico Sergio Aguayo consideró que uno de los debates pendientes es el papel del Estado en la economía: empresario, regulador o testigo pasivo de lo que hace el sector privado.

La empresa pública que creó el gobierno federal para llevar internet a todo el país, enfrentará retos como el costo, la garantía de buen servicio y los efectos que tendrá en las empresas del sector, afirmó la politóloga Denise Dresser.

El pasado viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de la nueva empresa pública de telecomunicaciones, la cual aprovechará la red de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

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En Mesa Política, la politóloga recordó que hace tres décadas se privatizó Teléfonos de México (Telmex), lo que provocó una falta de competencia y un monopolio del mercado. “Sí mejoró el servicio pero los costos siguieron siendo altísimos”.

Si bien Dresser reconoció que desde el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) se ha impulsado la competencia, con la apertura del mercado a otras empresas, el acceso a internet aún es desigual.

En este contexto, consideró que los retos de implementar un sistema de Internet estatal serán el costo, la garantía de buen servicio y los efectos en las compañías del sector.

“Me parece una intención loable pero no estoy segura de que una empresa estatal sea la mejor operadora de este servicio, porque venimos de una tradición de intervencionismo estatal en ámbitos en los cuales las empresas del Estado resultaron ser más costosas e ineficientes. Yo hubiera preferido una solución de más competencia, mayor regulación para reducir costos a los consumidores y ofrecer mejores servicios“, agregó.

Por su parte, el historiador Lorenzo Meyer añadió que la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad para iniciar a operar al sistema ya existe; “no es algo que se tenga que rehacer”.

En su opinión, esto “sería una innovación en la vida de muchos mexicanos” que actualmente carecen del servicio.

En tanto, el analista político Sergio Aguayo consideró que uno de los debates pendientes es el papel del Estado en la economía, hasta qué punto se debe convertir en empresario o simplemente en regulador o testigo pasivo de lo que hace el sector privado.

Meyer añadió que si bien un Estado debe impulsar el ahorro y la austeridad, debe fomentar la inversión, porque sin ella no habrá posibilidad de salir de “la mediocridad económica“.

El historiador indicó que México necesita un modelo en el que “a la vez que aumente la parte democrática, le dé al Estado la capacidad de representar el interés general, no dejar a nadie fuera”.

Dresser coincidió con Aguayo en que “no ha acabado de cuajar el modelo económico de la Cuarta Transformación“, por lo que incurre en contradicciones.

Por ejemplo, apuntó “ataca las prerrogativas de la burocracia, pero mantiene intactos los privilegios de gran parte de la élite empresarial; recorta el gasto en ciencia e innovación, pero se rehúsa a aumentar impuestos, y propone gravar las propinas de los meseros pero deja intactas las fortunas de los oligarcas”.

Desde su punto de vista, esta administración no ha logrado transitar del capitalismo oligopólico y rentista a uno democrático y progresista.

“Si no logramos hacer compatible el Estado con el mercado creo que vamos a ver una izquierda lopezobradorista envuelta en contradicciones”, advirtió.

A continuación la Mesa Política, parte 2:




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