Un Real Madrid en el esqueleto por culpa de las numerosas e importantes bajas que arrastra no desaprovechó el tropiezo del Atlético de Madrid y se mete de lleno en la pelea por LaLiga gracias a un sufrido triunfo ante el Valladolid. Thibaut Courtois, con tres paradas decisivas, y Casemiro, que se disfrazó de Benzema para anotar el gol del triunfo, sostuvieron al equipo de Zidane, bajo mínimos en Pucela.
El conjunto blanco encadenó su cuarto triunfo seguido en LaLiga gracias en buena medida al trabajo colectivo y a la solidaridad de todos sus jugadores, que se arremangaron de lo lindo para tumbar al Valladolid. Si estaban pensando en el partido contra el Atalanta, desde luego no lo pareció.
A las ausencias ya sabidas de hombres capitales como Ramos, Carvajal o Hazard se unió la de Benzema, el futbolista sobre el que orbita el ataque blanco. Sin su presencia el encargado de ser la referencia fue Mariano, voluntarioso y errático como de costumbre. No le ayudaron sus colegas en la delantera, pues ni Asensio ni Vinicius lo encontraron en posiciones francas de remate dentro del área de Masip. El hispano dominicano marcó dos tantos, pero fueron anulados por fuera de juego.
Así las cosas, y diezmado por la plaga de lesiones, emergieron de nuevo los cuatro jugadores que están sosteniendo todo el andamiaje del Madrid en su particular travesía por el desierto: Courtois, Casemiro, Kroos y Modric.
El guardameta blanco mantuvo la portería a 0 con tres paradones cruciales con 0-0 en el marcador, el brasileño anotó a balón parado el único tanto del encuentro y fue un coloso en defensa mientras que Modric y Kroos llevaron el peso del partido para evitar mayores sofocos y cortar de raíz el conato de reacción del Valladolid.
La otra buena noticia es que el Madrid no sumó más lesionados, un alivio para un Zidane que reza cada día para que sus cuatro puntales no cojan un catarro.
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