Los números asistentes en Portimao y Jerez fueron flojos, pero el tremendo éxito de público en Le Mans de alguna manera los había hecho olvidar. Sin embargo, el batacazo que se vivió en Mugello el pasado fin de semana ha confirmado que la crisis es una realidad: el interés por MotoGP está en horas bajas, al menos entre los que iban a los circuitos a ver las carreras en vivo.
Los números hablan claro. Esta es la comparativa 2019 / 2022 del número de espectadores de Jerez, Le Mans y Mugello.
La comparativa de público
Espectadores día de carrera 2019 / 2022
Espectadores total fin de semana 2019 / 2022
GP España
75.000 / 58.000
151.000 / 123.000
GP Francia
104.000 / 110.000
206.000 / 225.000
GP Italia
83.000 / 43.600
139.000 / 74.000
En Portugal, el primer GP europeo de la temporada, la asistencia también estuvo floja, y las expectativas de cara el domingo en Montmeló parece que estarán en la misma línea.
Las preguntas surgen de forma automática: ¿Qué está pasando?… ¿Qué hay detrás del bajón de espectadores en los circuitos?… ¿Es este inicio de la temporada europeo un caso excepcional o será la dinámica del Mundial 2022?
Preguntas que seguro que también se están haciendo en Dorna. Allí tendrán más datos y más información para evaluar la situación, pero lo que parece claro es que MotoGP está en plena “resaca” 2020.
El Campeonato del Mundo, como tantas otras actividades, se ha visto afectada por la onda expansiva del año que cambió todo. Mientras hemos vivido en estado de excepción – sin público – toda la energía se centró en seguir navegando, pero con la vuelta a la normalidad, los efectos colaterales están saliendo a la luz. A estos, inevitables, hay que añadirle algunas circunstancias y pecados propios.
Las circunstancias y pecados propios
En el análisis de las posibles razones de la pérdida de espectadores en los circuitos inmediatamente salta el argumento de la retirada de Valentino Rossi. No cabe duda de que en el fiasco de Italia su ausencia ha sido uno de los factores. La no presencia de Rossi hizo desaparecer las colinas forradas de amarillo, las bengalas del mismo color y la marea de tifosi que atascaban los accesoso al circuito el domingo muy temprano.
Añádase la “desaparición” también de Marc Márquez -el todo ganador-, y de repente MotoGP se ha visto huérfana de referencias. Valentino Rossi, Jorge Lorenzo, Andrea Dovizioso, Marc Márquez… Los pilotos franquicia de este deporte, los que antes de 2020 arrastraban a los espectadores a los circuitos, ya no están. Y los que están no tienen de momento su caché para convocar a la afición. La excepción, y en este caso es lo que de verdad confirma la regla, fue el GP de Francia, donde Fabio Quartararo y en menor medida Johann Zarco, sí generaron una efecto llamada y apasionaron al público.
Obviamente después hay otros factores no deportivos que también han influido de forma importante, como el precio de las entradas en Le Mans y Mugello, la celebración del GP de Portugal una semana antes que el de España en Jerez, etc.
En Italia, la entrada más barata para acceder durante el fin de semana al circuito fue de 150 euros, prácticamente el doble que en Francia. Es decir, para una familia con dos hijos asistir al GP le costó, sólo de entradas, ¡600 euros!
Que el viernes de Francia hubiese más espectadores que el domingo en Italia es para reflexionar. En este sentido, el organizador de Le Mans es un ejemplo. Las actividades y eventos dentro del perímetro del circuito a lo largo del fin de semana son constantes…Las tribunas de recta el viernes después de los entrenamientos están a reventar hasta las 9 de la noche por un público al que le “regalan” exhibiciones de motos de carreras antiguas pilotadas por pilotos de la época, saltos con motos de cross utilizando unas rampas que se montan ex profeso para tal fin, actuaciones de los stunts más cañeros del momento o el vuelo de “un hombre mochila” a lo largo de toda la recta… Y el público ruge.
De noche hay conciertos y durante el fin de semana por ese mismo escenario pasan todos los pilotos de MotoGP a los que los aficionados pueden hacer preguntas. Es decir, el valor añadido de una entrada es bestial; para todos. Valga como ejemplo, la diferencia en la facturación en una de las carpas que DORNA alquila a comerciantes. En Le Mans, el viernes facturó 43.000 euros; el mismo día en Mugello, 3.000.
Dorna obviamente no es ajena a esta situación y me consta que están dando pasos para revertir la actual dinámica. La F1 es uno de los espejos en los que se están mirando, como lo refleja la presencia de algunos de sus ejecutivos en sus eventos “para ver qué y cómo” hacen. Un ejemplo de ello es la introducción de la nueva ceremonia precarrera de hacer sonar el himno del país.
Se buscan héroes
Pero como todo espectáculo, el mayor atractivo de éste se basa en los actores, y en MotoGP estos son los pilotos. La igualdad en MotoGP hoy por hoy es espectacular, lo que por un lado está muy bien y es algo para lo que DORNA trabajo durante años, pero por otro lado transmite la impresión de que “casi cualquiera puede ganar”, es decir, le quita el valor a la victoria… Es mi impresión.
Todo deporte necesita una referencia, y si se dan duelos a dos o a tres, mejor. Y si además no se llevan como hermanos, todavía mejor. Y no estoy haciendo apología de la polémica, pero sí de la esencia de la competición. MotoGP necesita un Verstappen / Leclerc, un Nadal / Djokovic, volver a un Lorenzo / Rossi, a un Márquez / Dovizioso…
Y también necesitas héroes fuera de la pista. Bueno, héroes no es la palabra más apropiada, la más justa sería “famosos”. Como sucede en la F1, el deseo de asistir a un GP tiene que abarcar más allá que los seguidores de un piloto o los aficionados acérrimos. Un GP tiene que convertirse en un evento en el que incluso gente completamente ajena al deporte, quiera estar. Y eso se logra relacionándolo con personajes referencia de otros otros ámbitos u otras actividades…Como hace tan bien la F1.
Es verdad que el perfil del público de la F1 es muy diferente al de MotoGP, pero no hace tanto que MotoGP estuvo a punto de comerse la F1 como show. Pero en la F1 supieron reaccionar y darle la vuelta a un producto que había perdido atractivo. Es lo que parece que le toca hacer a MotoGP en este momento.