Crisis, ¿qué crisis?

Siete goles a favor y nueve en contra -escribo estas líneas sin conocer el resultado del partido disputado hace unas horas frente al Betis de
Pellegrini
en San
Mamés-. Son números similares a los de las diez temporadas precedentes en el Athletic. Y a los de gran parte de su historia.

Tres victorias y cinco derrotas. Cambien el resultado de un solo encuentro –de perder a ganar, apenas un suspiro- y estaríamos más que satisfechos. Que la pelotita entre en el portal de enfrente o que tu defensa haga una cagada menos, y toda la valoración del trabajo de decenas de profesionales cambia como la noche y el día.

Y solo es el noveno encuentro. El balón apenas ha echado a rodar y ya todo son prisas y lamentos. Las siete victorias de los vecinos de la A-8 y su despliegue ofensivo, también afectan, reconozcámoslo. Pero hay que ser un poco serios. El todopoderoso Barça está ahí, a dos puntos -quizá ya le hayamos adelantado-, y de haber ganado al simpático de
Joaquín
, estaremos a dos puntos de los puestos que llevan a Europa.

Pero
Garitano
es un tipo muy serio y ya le tenemos muy visto. Prima la inmediatez. Los adolescentes no tienen paciencia, no saben resignarse, lo quieren todo, y para ya, al momento. Los aficionados del Athletic, también. Quieren caras nuevas, en el banquillo y en el césped. Ya.


Muni
y
Raúl
ya no nos valen.
Gari
, tampoco, aunque hace dos años le proclamamos salvador urbi et orbi. Imploramos el regreso de
Llorente
y
Javi
Martínez
como los judíos aclamaban que
Pilatos
soltara a
Barrabás
, -más enrollado que aquel bendito
Jesús
-. Pero, a la vez, la afición pide que los cachorros tomen al asalto el primer equipo; y que
Unai
Nuñez
renueve y que
Williams
firme por Ibaigane hasta los 40, -por cuatro perras, claro-.

En fin, que estamos en… ¿crisis? Ustedes dirán. Y el resultado de ayer…


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