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Cristiano Ronaldo regresa a España para navegar



Llegó a Madeira cuando el virus aún no existía en Portugal y se va dos meses después, cuando ya casi ha desaparecido. Cristiano Ronaldo abandonará el próximo fin de semana su Funchal natal para reincorporarse a los entrenamientos de su club, el Juventus de Turín.El astro del fútbol ha pasado casi dos meses en Madeira, primero en un edificio de siete pisos, donde residía con su familia, su hermano Hugo y su madre, y después en un chalé con vistas. Llegó inesperadamente en su avión privado en la noche del 3 de marzo para visitar a su madre, que acababa de sufrir un ictus. La visita iba a ser de ida y vuelta, pero entre tanto, compañeros de su equipo en Turín comenzaron a dar positivo por coronavirus, que ya azotaba mortalmente a Italia. Cristiano Ronaldo, que cuida su máquina de hacer dinero —su cuerpo— hasta el mínimo detalle, decidió quedarse en Madeira, donde no se había registrado ningún infectado. Casi dos meses después, la isla se ha salvado de víctimas mortales y los contagios no llegan al centenar.El gobierno local mantiene un estricto control sobre la llegada de personas; los cruceros tienen prohibidos desembarcar, los vuelos son mínimos y sus viajeros deben pasar cuarentena, sin embargo Cristiano Ronaldo tiene las pistas a su disposición. Para algo debe valer que el aeropuerto lleve su nombre. En los próximos días se espera la llegada de su avión privado, actualmente en Madrid, para que le traslade a él, a su pareja Georgina y a sus hijos de regreso a Turín.A diferencia de los jugadores italianos de su equipo, Ronaldo —y el resto de futbolistas extranjeros— han disfrutado de una semana más de confinamiento en sus respectivos países. En estos dos meses, CR7 cambió de vivienda, del edificio de apartamentos solo para la familia Aveiro, a un chalé. Aunque CR7 y Giogio disfrutaran de dos de los pisos, con piscina interior y spa, carecían de zonas verdes donde poder pasear sin saltarse las normas de confinamiento. Su chalé de alquiler, por el que pagan alrededor de 4.000 euros semanales, le permitía ejercitarse al aire libre, y no en una cuesta de cemento como mostraba un vídeo publicado en las redes sociales por la pareja. También Georgina fue criticada por pasear con su prole por las calle durante la cuarentena, aunque en Portugal no estaba prohibido.En el chalé, que apenas han disfrutado tres semanas, Ronaldo ha continuado con su pautada programación diaria de gimnasio, natación, sauna, mientras la tarde la dedicaba a labores más de lectura y negocios. El futbolista también ha estado bajo sospecha de saltarse el aislamiento con su familia. Un vídeo celebrando el cumpleaños de una sobrina disparó las alarmas. Su actitud de no regresar a Italia ya recibió críticas de ciudadanos confinados en sus casas por la pandemia, pero en los últimos días la polémica ha subido de tono después de que fotógrafos portugueses captaran al futbolista y su pareja saliendo de compras en Funchal cuando el resto de los portugueses se encuentran en cuarentena y las fronteras con España se cierran para evitar la propagación del coronavirus. También Ronaldo fue pillado entrenando en A Choupana, el estadio del Nacional de Madeira. El secretario regional de Salud de dicha localidad, Pedro Ramos, salió en su defensa al alegar que los “desplazamientos breves, próximos al domicilio, relacionados con la práctica de actividad física e individual de personas” está permitido actualmente en el país luso.Durante estos dos meses, se publicaron muchas noticias sobre el futuro del jugador, que ha cumplido 35 años, pero él mismo ha confirmado que continuará en su actual club, donde cumple su segunda temporada y aún tiene contrato vigente.


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