El FC Barcelona arrancó la temporada, por decirlo de alguna manera, con una visita al campo del Levante Las Planas en un partido que no se disputó. Tal cual. Hasta ese punto llega el esperpento del fútbol femenino español, todavía lejos de una realidad a la altura de las futbolistas que tanto están haciendo por hacer crecer el fútbol femenino. Había dos equipos, 22 jugadoras sobre el césped, pero no había árbitras. E igual que ‘sin F el fútbol no se escribe igual’, lema de una LPFF que ha luchado por evitar esta situación, sin árbitras no hay fútbol.
El partido arrancó en realidad días atrás, con el comunicado en firme de las colegiadas donde anunciaban que no iban a presentarse a los encuentros de la primera jornada. Cumpliendo con sus obligaciones, el FC Barcelona salió poco después de las 17 horas de la Ciutat Esportiva Joan Gamper para recorrer en autocar menos de cinco kilómetros hasta el campo del Levante Las Planas.
La afición, aún a sabiendas que no se jugaría el partido, acudió a las gradas para ver de cerca a sus jugadoras preferidas.
Clima de estupor y de extrañeza por la certeza de que no se iba a jugar, pero aún así todo el mundo cumpliendo su papel en la obra teatral de ‘El partido que nunca se jugó’. Empleados del club local, personal de seguridad, medios de comunicación, jugadoras, staff de los dos equipos… todos en sus puestos y ataviados con sus correspondientes equipos para ejercer su profesión.
Solo faltaron cuatro actrices para levantar el telón. Arantza Gallastegui, como árbitra principal, Nahia Alonso y Haizea Castresana, árbitras asistentes, y María Monesma, cuarta árbitra. En su derecho de huelga reclamando mejores condiciones laborales no estuvieron presentes y por lo tanto no rodó el balón. El que debería ser el único protagonista se quedó sin la atención de los focos.
Saltaron al césped las jugadoras de los dos conjuntos, posaron frente a los espectadores y esperaron el tiempo protocolario y reglamentario para certificar su disponibilidad e intención de jugar, por lo que pueda pasar en el futuro, y acto seguido, todos a su casa. Para ser exactos todos menos las jugadoras del Barça, que regresarán a la Ciutat Esporitva Joan Gamper para llevar a cabo una sesión de entrenamiento.