El Congreso tendrá que decidir qué hacer con los hallazgos del fiscal especial Robert Mueller sobre el presidente Donald Trump.
Aunque la fiscalía especial se negó a procesar a Trump por obstrucción de la justicia, no lo exoneró, y prácticamente dejó el asunto en manos del Congreso.
El reporte de Mueller presenta nueva evidencia sobre la interferencia de Trump a la pesquisa sobre Rusia, lo que obliga a los legisladores a responder.
Los riesgos para ambos partidos son claros si eluden la responsabilidad o prolongan una averiguación que, más que concluir, podría estar por comenzar.
“Ahora la responsabilidad recae sobre el Congreso”, dijo el representante demócrata Jerrold Nadler, presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes, la cual tiene la autoridad para iniciar los procedimientos de juicio político.
Sin embargo, aún se desconoce qué tan lejos irán los legisladores. Los republicanos están ansiosos por dejar atrás lo que Trump ha descrito como una “cacería de brujas” que ha ensombrecido al partido y su presidencia.
Y aunque los demócratas aseguran que los hallazgos de Mueller son mucho más graves de lo que se indicó en un principio en el resumen de cuatro páginas presentado por el secretario de Justicia William Barr, también han titubeado en dar el último gran paso: los procedimientos de juicio político, a pesar de la presión de las facciones más liberales del partido por comenzar gestiones para tratar de destituir al presidente.
La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, quien el jueves partió rumbo a Irlanda en un viaje legislativo, dijo en un comunicado conjunto con el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, que el informe de Mueller reveló más de lo que se sabía sobre el tema de la obstrucción.
“Mientras seguimos revisando el informe, una cosa está clara: El secretario de Justicia Barr presentó una conclusión de que el presidente no obstruyó la justicia, mientras que el informe de Mueller parece socavar esa afirmación”, señalaron.
Más tarde, en una carta dirigida a los representantes demócratas, Pelosi prometió: “El Congreso no se quedará callado”.
Tomándose su tiempo, los demócratas se concentran en los siguientes pasos de su investigación.
Nadler llamó a Mueller a testificar y el representante dijo el jueves que emitirá citatorios para obtener el informe completo.
Y la próxima semana, ambas cámaras tienen programadas audiencias con Barr, a quien los demócratas acusan de distorsionar los contenidos del informe para beneficiar a Trump.
Pero es poco probable que todo el informe de Mueller o los testimonios públicos aclaren el dilema que enfrentan los demócratas.
Mueller detalló múltiples episodios en los que Trump ordenó influenciar o restringir la investigación sobre Rusia después de la designación del fiscal especial en mayo de 2017, y el presidente dejó en claro que percibía la pesquisa como un posible golpe mortal: “El fin de mi presidencia”.
El fiscal especial se debatió sobre qué hacer con sus hallazgos, incapaz de acusar o exonerar, y se apegó a los lineamientos del departamento de que procesar a un presidente en funciones afectaría la capacidad del Ejecutivo para realizar sus funciones.
“Concluimos que el Congreso tiene la autoridad para proscribir el uso corrupto de la autoridad presidencial con el fin de proteger la integridad de la administración de justicia”, dice el reporte.