Históricamente, la llegada del otoño significa también la de la mejor época para recolectar los hongos o las setas. Es que solemos usar estos conceptos como si fueran sinónimos, cuando en realidad hay diferencias entre ellos. Veamos la diferencia entre un hongo y una seta.
Mientras los bosques se llenan de personas que buscan los mejores ejemplares para incorporarlos a sus recetas, es importante aclarar que cuando hablamos de platos con hongos en realidad se comete un error: llevan setas.
La diferencia entre un hongo y una seta
¿Y cómo podemos saberlo? Básicamente porque los hongos son seres vivos formados por dos partes principales. La más importante de ellas es el micelio, mal llamado raíz y ubicado debajo de la tierra y que no es comestible.
Luego están las setas, que se ubican por encima de la tierra y actúan como aparato reproductor del hongo. Solamente las setas son comestibles, por lo que lo más adecuado en gastronomía es referirse a ellas.
Esta definición más profunda abarca a todos los tipos de hongos famosos o que se nos puedan venir a la mente, incluyendo los champiñones, los boletus, las trufas y cualquier otro que suela añadir a los platos típicos.
¿Cuándo y cómo aparecen las setas?
Aunque son una de sus dos partes constitutivas, las setas no acompañan a los hongos desde el primer momento. Aparecen más tarde, cuando el propio proceso de desarrollo de éste le lleva a reproducirse para sobrevivir.
Por hacer una comparación tal vez demasiado simple, podríamos afirmar que las setas son el fruto de este «árbol». Si los hongos fueran el árbol en su totalidad, las setas serían el fruto que se desarrolla con fines reproductivos.
¿Y cómo distinguir setas y champiñones?
Ésta es otra consulta muy común de los comensales, y si has prestado atención a todo lo que hemos explicado, entonces sabrás que el champiñón es sólo una clase de seta, una de las comestibles y de las más sabrosas.
De hecho, se trata del fruto que nace del hongo Agaricus bisporus y si vamos al origen de su denominación, ésta refiere a la traducción literal de «seta» al francés, que es «champiñón», aunque sólo sea uno de sus ejemplares.
Aclarado todo esto, no está de más recordar que ciertas setas no son comestibles, sino venenosas o alucinógenas.
Si vas a recolectarlas por tu cuenta, es indispensable que averigües qué especie es y si puedes consumirla o no. Cuando no lo hagas, te estarás arriesgando a sufrir consecuencias graves que afectarán a tu salud.
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