Morales es de Primera

Lopetegui merece respeto

El fin de la etapa de Julen Lopetegui está cerca, y no se está gestionando bien. El técnico del Sevilla se sentará este miércoles en el banquillo local del Pizjuán para dirigir a los suyos ante el Borussia Dortmund en un duelo trascendental en cuanto al futuro del conjunto hispalense en la Champions, y lo hará sabiendo que al día siguiente ya no estará en el cargo. Se mire por donde se mire, una situación rocambolesca que invita a que en las oficinas del Pizjuán se haga autocrítica.

Que los resultados del Sevilla en este inicio de curso están por debajo de lo esperado es una realidad, pero que Lopetegui sea el principal culpable no está tan claro. A nadie escapa que los movimientos del Sevilla en el mercado de fichajes estival no han sido, por decirlo de una manera suave, tan acertado como otros años. Y eso no es responsabilidad de Lopetegui. O, cuanto menos, él no es el máximo responsable. 

Ya no es solo que se hayan marchado futbolistas como Diego Carlos y Koundé y que en su lugar hayan llegado un todavía inédito por lesión Marcao y un Nianzou al que se le presupone un gran potencial pero por ahora no se entera demasiado de qué va la película, sino que la configuración de la plantilla ni mucho menos se adapta al tipo de fútbol por el que apuesta Lopetegui.

De hecho, en verano se habló en repetidas ocasiones de una posible salida de Julen, y pasado el tiempo queda la sensación de que lo que se va a vivir esta semana es la crónica de una muerte anunciada. Al final, el que más pierde es el propio Sevilla, pero por otra parte a Lopetegui no se le está tratando con el respeto que merece un técnico que en 2020 devolvió al cuadro hispalense a la Champions tras dos años de ausencia.




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