Las estrellas siempre se han enmarcado como unos astros inalcanzables para los seres humanos. Unas esferas luminosas adoradas en muchas ocasiones por las distintas civilizaciones que pueden definirse como los nutrientes luminosos de muchos planetas. El Sol es el claro ejemplo de las bondades que una estrella puede llegar a generar. Los astros celestes siempre han generado curiosidad en entre la comunidad científica y las investigaciones en este ámbito están siendo cada vez más intensas y nos hemos hecho eco de ellas, ya que vamos a presentarte la estrella más pequeña jamás descubierta.
Un hallazgo sin precedentes
El equipo de astrónomos de la Universidad de Cambridge encabezados por Alexander Boetticher y Amaury Triaud ha desenmarañado uno de los misterios más curiosos de los últimos tiempos. Hablamos de EBLM J0555-57Ab, la estrella más pequeña de las que conocemos en el universo. Un astro del que las primeras hipótesis aseguran que puede definirse como el tamaño más ínfimo al que puede llegar un astro celeste para considerarse una estrella.
Para que nos hagamos una idea, la EBLM J0555-57Ab puede asemejarse a Saturno en cuanto a tamaño se refiere. Un cuerpo celeste que fue hallado al pasar por delante de otra estrella del sistema binario de unas dimensiones mucho mayores.»Es como tratar de mirar una vela al lado de un faro», comentó Amaury Triaud en la revista Astronomy & Astrophysics.
El tamaño, a veces, no importa
«Pequeña pero matona». Con esta conocida frase hecha podemos definir a una estrella que a pesar de sus dimensiones puede permitir de forma adecuada la fusión de hidrógeno en helio. Eso sí, la luz que emite esta pequeña estrella es mucho menos potente que la que recibe la Tierra a partir del Sol. Concretamente unas 3.000 veces menos intensa que la de nuestro astro.
Si hablamos de datos exactos, EBLM J0555-57Ab cuenta con una fuerza gravitacional 300 más fuerte que la de la Tierra y un radio un 30% más pequeño que TRAPPIST-1, el famoso planeta que podría albergar vida y que fue hallado por la NASA a principios de 2017. Aún queda mucho por descubrir del universo y de los millones de cuerpos desconocidos que lo forman. Las estrellas y planetas que albergan en la inmensidad siguen siendo un misterio para la humanidad, lo que está claro es que los avances en esta rama están dando unos frutos cada vez más maduros. La conquista del espacio está cada vez más cerca.
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