¿Cuáles son las catedrales más pequeñas de España?

Las edificaciones religiosas suelen ser algunas de las mejor conservadas a lo largo de toda la geografía nacional. Recorriendo estos espacios, uno puede darse una idea de cómo era la vida en aquellas ciudades y pueblos hace mucho tiempo. También es cierto que varias tienen características realmente curiosas, y querrás saber cuál es la catedral más pequeña de España.

Ésta no es una pregunta tan fácil de responder porque son diversas las cuestiones que entran en juego y tienen que ser analizadas. A falta de una catedral que fuera reconocida como la de menor tamaño del país, son al menos tres las que compiten por ese honor.

La catedral más pequeña de España, entre otras

La de Roda de Isábena

En medio de la comarca de La Ribagorza, en uno de los pueblos medievales más bonitos de Huesca, tenemos la Catedral de Roda. Roda de Isábena se enorgullece de ser el pueblo más pequeño de España con su propia sede catedralicia, a pesar de que ésta excede ampliamente las necesidades de una localidad con sólo 40 vecinos. Eso sí, recibe cientos de turistas cada semana.

La Catedral de San Vicente es una atracción de las más importantes del turismo de Fe en Aragón, y fue construida en el siglo XI. Desde entonces ha sido sometida a diferentes tareas de mantenimiento y remodelación, aunque preserva una buena parte original.

La Colegiata de Osuna

Si bien no se trata de una catedral, según la definición que vamos a encontrar en los diccionarios, sino de una colegiata, la de Osuna califica entre las primeras por la magnificencia de la obra y el diseño que se emparenta con el de decenas de catedrales españolas.

Denominada «El Escorial chico», por su panteón que está a la altura del que levantara Felipe II en las proximidades de Madrid, destaca además por la Capilla del Santo Sepulcro. En efecto, la distribución de las instalaciones es similar a la de una catedral.

La de Orihuela

La Catedral del Salvador y Santa María, ubicada en Orihuela, es para la mayoría de sus visitantes la más pequeña que han visto. Planeada a finales del siglo XIII por Alfonso X como la mayor de la villa, sigue siendo un punto de encuentro para los alicantinos.

Consta de tres portadas principales que dan acceso al monumento y de un claustro exterior, sin olvidar sus múltiples capillas. Sobresale entre ellas la Capilla Mayor, y el viaje debería incluir asimismo un paseo por el Museo Catedralicio de Arte Sacro.


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