¿Cuándo es el Jueves Santo y por qué se celebra?

La Semana Santa cada año cae en una fecha distinta porque se determina por el calendario lunar. El domingo siguiente a la primera luna llena de la primavera en el hemisferio norte es el Domingo de Resurrección, que puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Partiendo de este día, se fijan el resto de fechas. Este 2022, la Semana Santa arranca el 10 de abril (Domingo de Ramos) y finaliza el 18 de abril (Lunes de Pascua), de forma que el Jueves Santo es el 14 de abril.

Lo primero a tener en cuenta es que el único festivo a nivel nacional de la Semana Santa es el 15 de abril (Viernes Santo). El 14 de abril (Jueves Santo) es festivo en todas las comunidades autónomas a excepción de Cataluña y el 18 de abril (Lunes Pascua) es festivo en: Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Comunidad Valenciana y La Rioja.

Jueves Santo: significado y tradiciones

El Jueves Santo es una fiesta cristiana que celebra la Última Cena de Jesús de Nazaret con sus discípulos, el lavatorio de pies y la institución de la eucaristía y del orden sacerdotal.

La misa del Jueves Santo se consagra a la Muerte de Jesus de Nazaret, que dio su vida para salvar de sus pecados a la humanidad.

Marca el fin de la Cuaresma y el inicio del Triduo Pascual, el periodo conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Todas las iglesias cristianas celebran esta fecha con eucaristías y procesiones.

Lavatorio de pies

El lavatorio de pies es el acto en el que Jesús de Nazaret lavó los pies a sus discípulos como ejemplo de humildad y amor a los semejantes. De aquí se desprende uno de los mandamientos más importantes: «Que os améis unos a otros, como yo os he amado».

Última Cena

En el Nuevo Testamento, San Lucas relata así la última Cena: «Entonces tomó el pan y, habiendo dado las gracias, lo partió y les dio, diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria mía’. Asimismo, tomó también la copa, después de que hubo cenado, diciendo: ‘Esta copa es el nuevo convenio en mi sangre, que por vosotros se derrama» . (Lucas, 22: 19-20).

En la Última Cena que Jesús de Nazaret compartió con sus discípulos, instituyó la comunión, en la que dejó su cuerpo y sangre convertidos en pan y vino, respectivamente.


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