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Cuando fui director deportivo del Atleti: “Tranquilo presi, confíe en mí”

La semana pasada la prensa española se hizo eco de la historia que comenté en Portugal sobre mi intento de fichar a Rivaldo para el Atleti cuando era director deportivo. Puede parecer una locura, pero fue la menos loca de las ideas que no nos quedó más remedio que intentar en aquel momento tan duro. Os contaré algún ejemplo más. La verdad es que aquella etapa en la dirección fue uno de los momentos más intensos de mi vida y de los que más orgulloso estoy.

Jesús gil y Futre, ateniendo a los medios
Jesús gil y Futre, ateniendo a los medios

Por poneros en contexto, mi estreno en los despachos ocurrió el 6 de noviembre del año 2000. Un día antes, el domingo 5, el Atleti jugaba las 12 del mediodía frente al Tenerife y perdimos 1-3 en casa. Si la liga acabase aquel día, seríamos equipo de segunda división B. Jesús Gil era una persona de un carácter muy fuerte, no tenía miedo a nada ni a nadie, excepto a los pañuelos blancos del Vicente Calderón. Alrededor del estadio había miles de personas protestando. El Presi me pidió que me quedase con él. Estuvimos los dos todo el día en su despacho, hasta las dos de la mañana fue imposible salir. Aquel fue el día que más hundido le vi en nuestros 17 años de relación. Durante todo aquel día y noche tuve siempre en mente a mi familia y amigos. Tenían razón, estaba completamente loco por aceptar un desafío así, además sin tener ninguna experiencia como directivo. Sabía que si fallaba todos esos insultos serían también para mí. Pero me pudo el corazón rojiblanco. Renuncié a muchísimas más cosas de las que imaginaríais para ayudar a devolver el equipo a Primera. “Tranquilo Presi, confíe en mí, vamos a salir de esta”.

Y salimos, pero no fue nada fácil. El equipo estaba intervenido judicialmente, no había dinero para contrataciones. Cero. Tuvimos que inventarnos un equipo competitivo a base de préstamos y jugadores libres. Creo que seguimos teniendo el récord de equipo con mayor número de cedidos. Por el camino aposté por un chaval de la cantera con cara de Niño que acabó convirtiéndose en Leyenda.

También tuve la negociación más fácil de mi vida en el verano de 2001 con Luis Aragonés. Él había hecho un trabajo extraordinario en el Mallorca esa temporada, logrando el tercer puesto. Tenía a un montón de equipos detrás de él. Pero cuando le llamé para fuese mi entrenador, su corazón rojiblanco no dudo ni cinco minutos. Renunció a jugar Champions League para sacar a su Atleti del infierno de Segunda. Los aficionados de otros equipos no lo entenderían. No lo pueden entender. Un fichaje que intentamos en ese momento fue el gran Eto’o, al que Luis dirigía en Mallorca e intentó convencerle para venir a Segunda ese año. No fue posible, pero me habría encantado verle de rojiblanco. Más adelante, ya cuando subimos a primera, volvió a haber otro intento por fichar al genio camerunés. ¿Se imaginan una dupla de ataque Eto’o y Fernando Torres?

Respecto a Rivaldo, ya lo sabréis por la noticia de la semana pasada. El club ya había ascendido y él quedaba libre del Barça. Intentamos ficharle siendo creativos, ofreciéndole un contrato de 3 años, pero pagándole el sueldo a lo largo de seis. Era la única forma de poder pagarle.

Él se portó fenomenal con nosotros, de hecho fuimos los primeros a los que decidió escuchar cuando congregó a todos los clubes interesados para ficharle. Finalmente se decidió por el Milan. Le mando un fuerte abrazo si le llegan estas palabras. ¡Qué crack era, fuera de serie! Me habría hecho mucha ilusión verle en el Calderón, estoy seguro que habría dejado una gran huella para los aficionados. Otra opción que se llegó a valorar en la época fue el fichaje de Ronaldo Nazario, antes del Mundial 2002. El Fenómeno venía del drama de las lesiones, apenas había jugado en el Inter en los últimos dos años.

Si tenéis paciencia echad un vistazo a la hemeroteca de aquellos años y os sorprenderá todo lo que se intentó (¡y se consiguió!). Como curiosidad, ante la falta de presupuesto, entre las opciones que se barajaron para contratar a algún ‘supercrack’, estuvo lo que ahora llaman “crowdfunding”. Una consulta a la afición para preguntar si querían tal fichaje y si contribuirían con una pequeña aportación para cubrirle parte del sueldo. De llegar a un determinado número de donantes, se procedería al fichaje.

Nunca se llegó a hacer pero siempre me quedó la espinita de saber si habría funcionado. Los sueldos y traspasos de la actualidad están a años luz de los de entonces, pero me pregunto: ¿Llegaremos a ver a algún club proponer un crowdfunding a sus aficionados?


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