El extenista español Rafael Nadal ha asegurado que apuró todas sus “opciones” de seguir compitiendo y que eso le permitió poner fin a su carrera con “el convencimiento y la tranquilidad” de saber que “el cuerpo no daba para más”, además de reconocer que el éxito puede a veces convertirte en “una persona infeliz”.
“Yo sí que estaba preparado porque apuré mis opciones hasta el final. Y el hecho de haber apurado hasta el final todas las opciones reales que tenía, de seguir compitiendo al nivel que a mí me hubiera gustado seguir compitiendo, me dio el convencimiento y la tranquilidad de terminar en paz y convencido de que era la decisión que tenía que tomar porque no había más, el tanque estaba ya al límite”, señaló en el programa ‘Universo Valdano’ de Movistar+.
En este sentido, confesó que no guarda “ningún tipo de mal recuerdo” sobre su adiós.
Hay gente que, como es lógico, pensaba que lo debería haber dejado antes, que no tenía sentido, pero para mí sí que tenía un sentido. Uno tiene que actuar en consecuencia a lo que uno es como persona. Y yo actué como tal, intenté apurar mis opciones hasta que realmente no las había. A mí me gustaba lo que hacía, yo no me retiré por estar cansado de lo que estaba haciendo o sin la motivación necesaria, yo me retiré porque el cuerpo no me daba para más. Pero yo seguía siendo feliz haciendo lo que hacía.
“Yo no he hecho grandes sacrificios, he hecho grandes 𝐞𝐬𝐟𝐮𝐞𝐫𝐳𝐨𝐬”.
“No he sentido que me haya perdido prácticamente nada en esta vida”.
💌 Otra lección de @RafaelNadal en #UniversoValdano.
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— Tenis en Movistar Plus+ (@MovistarTenis) November 22, 2025
“Tuve una operación en la que me dijeron que había opciones de recuperarme completamente de ello, y tenía que darme un tiempo prudencial para saberlo. Llegó un momento en el que me di cuenta que podía competir, sí, pero no al nivel para seguir. Llevé mi carrera al límite, lo más lejos que la podía llevar, dadas todas las circunstancias que tuve”, indicó.
Además, reconoció que tras la retirada ganó “tranquilidad”.
No sientes esa responsabilidad diaria de tener que rendir, y a veces rendir en unas condiciones no aptas para poder rendir, y eso a nivel personal te va desgastando y terminas no siendo todo lo feliz que debería ser alguien como yo, que soy un afortunado. Se ha terminado una etapa que ha sido excepcionalmente bonita para mí. Se ha ido algo que me ha apasionado, que es competir al más alto nivel. Esa adrenalina… Son cosas que se quedan ahí para siempre.
“Pasé por el respeto que tienes que tener al cambio. Todos los cambios en la vida te tienen que generar algún respeto, a ver cómo vas a reaccionar ante una vida que va a ser distinta a lo que estás acostumbrado a hacer, no sólo 20 años en de carrera profesional, sino desde que tengo 10 años. Hay muchas otras cosas fuera del tenis, pero el deporte y el tenis ha sido a lo que me he dedicado en plenitud”, añadió.
También recordó cómo le llegaron sus primeros éxitos. “Mi éxito mediático llegó a finales de 2004, cuando ganamos la Copa Davis en Sevilla. Puedes tener un éxito mundial o uno más local. Mi evolución siempre estuvo ligada a tener éxito a distintas edades. Cuando llegó el éxito profesional, estaba preparado para asumirlo. Todo es nuevo, mucha intensidad, pero nunca perdí el foco en lo que yo era como persona”, subrayó.
El balear, ganador de 22 títulos de ‘Grand Slam’, habló también de su rivalidad con los otros dos miembros del ‘Big 3’: el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic.
Cuando eres más joven lo vives todo de una manera más intensa. Con los años, las cosas se suavizan. Lo positivo de nuestra época es que hemos terminado nuestras carreras y podemos ir a cenar juntos sin ningún problema, eso es algo por lo que sentirse orgulloso. Hemos competido por las cosas más importantes, pero no las hemos llevado al extremo. La rivalidad se ha quedado en la pista y las relaciones personales siempre han sido de respeto, admiración y hasta una cierta amistad hacia los rivales.
También comparó esa situación con la actual entre el murciano Carlos Alcaraz y el italiano Jannik Sinner. “Sin quitarles ningún mérito a Sinner y Alcaraz, que quieren hacer las cosas bien, creo que nosotros hemos contribuido a que las nuevas generaciones puedan pensar que se puede ser un competidor feroz sin necesidad de odiar al rival. Se puede tener una relación no de amistad, pero óptima. Es un buen legado que dejamos”, recalcó.
En otro orden de cosas, dio un consejo al delantero del FC Barcelona, Lamine Yamal.
Que se rodee de gente que le ayude, gente que quiera lo mejor para él. Espero que él sea lo suficientemente inteligente para escuchar las cosas que a veces los personajes de éxito no queremos escuchar. A veces no es fácil escuchar cuando eres un personaje de muchísimo éxito, pero tienes que encontrar tu vuelta a la vida real. Esto es algo importante para alguien como él, que es tan joven.
“Hay muchas formas de llegar al éxito, y la manera en la que lo toleras y convives con él te puede hacer una persona equilibrada y feliz o te puede terminar haciendo una persona infeliz”, continuó.
También analizó la situación entre Xabi Alonso y Vinícius en el Real Madrid. “Creo que se arregla hablando, desde el entendimiento. Vini tiene que entender quién es la autoridad y respetarla, y también al club, por lo que representa ser jugador del Real Madrid. Él lo hace en el sentido de esforzarse al máximo, y esas cosas que salen de él, que a veces no gustan, se pueden corregir desde el diálogo y desde una concienciación de que las cosas se pueden mejorar”, apuntó.
Por último, valoró la posibilidad de ser presidente del Real Madrid, club del que es aficionado. “Me lo preguntan habitualmente y respondo lo mismo: ahora no le conviene al club, porque tienen al mejor. A nivel conceptual, si me preguntan si quiero ser presidente del Madrid digo ‘pues claro que sí, ¿por qué no?’. Sería un reto bonito, motivacional y excitante para mí”, dijo, aunque reconociendo que lo ve “lejano y difícil”.
