El mundo se pregunta dónde terminarán los afganos que están consiguiendo huir de su país tras la llegada al poder de los talibanes. Y qué va a ocurrir con los que no lo logran. También se dirigen las miradas a Haití y a todas las víctimas y damnificados que ha dejado el último terremoto. Si queda algo de espacio y tiempo, la atención se pone en Ceuta, donde los menores de edad marroquíes que cruzaron a España hace unos meses están siendo enviados de vuelta sin miramientos.
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No queda nada para el Mediterráneo, pero eso no significa que el mar esté en calma: el pasado 17 de agosto, el barco de salvamento de Médicos Sin Fronteras Geo Barents interceptó dos nuevas balsas a la deriva en las que viajaban 34 y 29 personas respectivamente. Pero no eran las primeras: el pasado 5 de agosto se había realizado el primer rescate: 25 supervivientes que procedían de Nigeria, Guinea, Gambia, Sudán del Sur, Senegal, Costa de Marfil, Mali y Camerún. Sumando todos, en total el buque se encontró con 322 náufragos a bordo cuando su capacidad es para 300 pasajeros. Entre ellos había 95 niños, de los cuales 84 se encontraban solos, sin la protección de ningún adulto. También han logrado salvar con vida a un bebé de dos semanas de nombre Mohammed, el más joven de la tripulación.
Este domingo, la embarcación aún no había recibido permiso para atracar en ningún puerto, por lo que su capitán, Iasonas Apostolopoulos, decidió pronunciarse. “La situación a bordo es cada vez más inaceptable para todos los rescatados después de esperar casi tres días para obtener más información sobre cuándo y dónde desembarcar”, dice en un mensaje de vídeo que se empezó a difundir a través de las redes sociales con la etiqueta #GeoBarents.
En el mensaje, Apostolopoulos relata que el equipo médico ha identificado y tratado diversos traumas, quemaduras por combustible, mareos y quemaduras solares. “Algunas de las personas necesitan seguimiento y otras requieren asistencia especializada en tierra. Todos los supervivientes están agotadas tras pasar muchos días en el mar y dormir durante noches en el suelo de la cubierta de madera”, denuncia el capitán, sobre todo en referencia a los primeros en ser socorridos, hace ya más de dos semanas.
Apenas 12 horas después de lanzar esta petición de auxilio, hubo respuesta: el puerto de Augusta, en la isla italiana de Sicilia, ha sido designado como lugar de desembarco, tal y como ha informado la organización humanitaria en un tuit. Y a primera hora del lunes, el Geo Barents por fin pudo llevar a tierra a sus pasajeros.
MSF ha recordado a las autoridades competentes que el retraso de un puerto seguro crea una angustia innecesaria a personas ya de por sí muy vulnerables. “Los rescatados deben ser tratadas como seres humanos dignos y desembarcados rápidamente en un lugar seguro según las convenciones internacionales y marítimas, garantizando que se satisfagan sus necesidades básicas, incluidas las médicas y de protección”.
Más de 35.000 personas han llegado en barco en lo que va de 2021, según datos del Ministerio de Interior italiano, más del doble del número que intentó el viaje en 2020. La ONU, que recientemente criticó a la Unión Europea por su política de devolución irregular de migrantes a Libia ha constatado a través del último informe de la Organización Internacional de las Migraciones que al menos 1.146 personas perdieron la vida intentando llegar a Europa por vía marítima en los primeros seis meses de 2021.