Xavi tenía razón. “La eliminatoria se decidirá en Old Trafford”, dijo en la víspera del encuentro. También dijo que le parece “más justo” que ahora no haya el valor doble de los goles en campo contrario, en caso de empate. Así, el 2-2 de anoche no parece un resultado tan malo como hubiera sido un año atrás.
El partido fue tan apasionante como loco y de los 35 disparos a puerta, 18 fueron para el Barça y 17 para el United. El resultado, visto lo visto, fue justo y el partido pudo caer de cualquier bando. Lo que sorprende, del partidazo de anoche, es que Lewandowski rematase solo 2 veces a puerta. La primera ocasión, en el minuto 8, fue muy buena y se la paró De Gea. Luego, ya solo chutó un golpe franco directo que se fue arriba. El problema es que el Barça, para ganar partidos, necesita de sus goles.
No hay duda de que ya llegarán, quizá el domingo ante el Cádiz. El mayor problema es que el Lewandowski que estamos viendo ahora se parece poco al del inicio de temporada. Altamente impreciso fuera del área, sin la misma velocidad, perdiendo muchos balones e, incluso, complicándose la vida en jugadas innecesarias.
Esa chispa que tenía antes del Mundial, no la ha tenido ya cuando ha vuelto de Qatar. O quizá fue la sanción de tres encuentros, que le hizo perder fuelle, pero necesita hacer un ‘reset’. Las tres que tuvo ante Pepe Reina en La Cerámica, en la primera vuelta habrían ido dentro. De los últimos cinco encuentros de Liga, un solo gol. Claro que sigue siendo un líder y un crack mundial, y por supuesto que molestó a De Gea en el gol de Raphinha, pero para ganar la Liga necesitamos recuperar al mejor Robert. Y pronto.