‘Cuba se debe democratizar a partir de la revolución’: Jorge Alemán | Video

Por Héctor González

El psicoanalista y escritor argentino Jorge Alemán (Buenos Aires, 1951), se asume dentro de una generación para la cual la revolución cubana tuvo un valor simbólico importante. No obstante, ahora reconoce que su modelo se encuentra agotado.

“Nuestro horizonte histórico estaba marcado por Cuba por tanto yo he tomado distancia de la palabra revolución”, sostiene el autor Pandemónium (Ned Ediciones), segundo título de una trilogía que nació de manera involuntaria con Capitalismo: Crimen perfecto o Emancipación y que culminará con Ideología.

A través de su obra, Alemán hace una invitación a replantear conceptos como igualdad y compara las condiciones generadas a partir de la pandemia con una suerte de Tercera Guerra Mundial “en capítulos”.

En Pandemónium habla de la necesidad de un replanteamiento de la izquierda. A partir de esa idea ¿qué opinión tiene de lo que sucede en Cuba?

La democracia históricamente y en todas partes del mundo ha sido precedida por un acto instaurador y una violencia no deliberativa. La revolución francesa, los movimientos independentistas estadounidenses y en América Latina pasaron por actos instituyentes no democráticos. No apoyo la idea de oponer la revolución cubana con la democracia. En todo caso, y es una tarea dificilísima, se trata de democratizar la revolución. Hacer lo contrario equivale al bloqueo pero por otros medios. Implantar una democracia a través de fuerzas internacionales ha dado lugar a regímenes neofascistas. En Cuba es importante respetar el legado histórico de la revolución y desde allí plantear el acceso a la democracia. No creo, como hacen los medios, en el debate: democracia o revolución.

¿Pero ve a la revolución cubana con esa vocación democratizadora?

No, en principio no la veo, pero ya nos lo dirá la historia. El presidente Díaz-Canel pidió a Joe Biden que levantara todas las medidas implementadas por Trump respecto al bloqueo y eso me parece legítimo. Estados Unidos ha invertido grandes fortunas para interrumpir el proyecto cubano. Cualquier bloqueo en el contexto de una pandemia me parece insostenible. Levantarlo además, dará mayor capacidad replantear la revolución.

Aunque diversos argumentan que el impacto económico del bloqueo no es tan grande como se piensa.

He visto esos estudios cuyos argumentos son usados por la derecha. ¿Si no es tan importante el impacto por qué no se levanta? Supongamos que no lo es, desde el punto de vista simbólico un país bloqueado ya dice mucho. Aunque materialmente no sea tan importante de todas maneras es una condición para abrir el debate democrático y abrir la relación de Cuba con otros países democráticos, así se lo han manifestado los presidentes de Argentina y de México.

¿Cuál es el valor simbólico de la revolución cubana en América Latina?

Formé parte de una generación donde se valora en lo absoluto. Nuestro horizonte histórico estaba marcado por Cuba por tanto yo he tomado distancia de la palabra revolución. Prefiero hablar de emancipación. En pleno siglo XXI y con el capitalismo actual, el paradigma cubano ya no es un proyecto a reproducir. La izquierda se debe reinventar.

¿Hoy todavía cabe dividir al mundo en izquierda y derecha?

La derecha se ha vuelto desinhibida, trasgresora. Ha perdido toda relación con la ética y la argumentación. Durante la pandemia se radicalizó, por eso la ultraderecha ha marcado la agenda y se ha convertido en neofascista. Ya después saca rasgos neoliberales y habla de la reducción de impuestos, destruir la salud y la educación pública. En ese contexto, a pesar del duelo activo hacia la palabra revolución, la palabra izquierda es una buena opción. En lo personal defiendo la izquierda lacaniana, cuyo horizonte es la igualdad y la justicia. Hoy veo dos izquierdas: la fácil y que habla del progreso como destino final, esta me parece insostenible; y la izquierda que busca meter un freno de mano a la reproducción ilimitada del capitalismo, esta es la que me interesa.

¿Cree que la izquierda “fácil” predomina en América Latina y da pie a caudillos?

¿A qué caudillo se refiere?

¿Daniel Ortega?

Daniel Ortega ha cometido muchos errores.

¿Nicolás Maduro?

Maduro se ha identificado de manera masiva con la revolución cubana. Siempre defenderé el caso venezolano de cualquier ataque imperialista, no obstante, se identificó demasiado con el modelo cubano. Me parece interesante la experiencia chilena, lo que sucedió con el kichnerismo; estoy expectante por lo que pueda ocurrir en México y Bolivia. Veremos si al presidente peruano lo dejan asumir. Defiendo el proyecto de la coalición en Argentina, es tibio por ahora, pero puede ayudar a superar los errores del macrismo.

En el libro habla de un nuevo concepto de igualdad.

Uso el término “Soledad común”. Se ha confundido la igualdad con la homogeneidad; como si todo fuera psicología de las masas o el sistema equivalencial de las mercancías del capitalismo. Una verdadera apuesta de la izquierda sería conseguir que no fuera ni uno ni lo otro. Una igualdad donde los locos, los trans, los alegres y amargados, puedan realizar su diferencia.

El pensamiento liberal dice que la única igualdad válida es la igualdad ante la ley.

No se puede descartar la igualdad ante la ley. La lógica del derecho debe existir siempre, pero esa es solo una dimensión, no la única. El derecho y la justicia no son idénticos por eso se transforman. Las leyes alrededor del matrimonio igualitario responden a nuevos horizontes sociales. Hay una dimensión que se construye en la comunidad para después transformar la ley.

En el libro describe el momento que vivimos como una tercera guerra mundial dividida en capítulos.

La dimensión geopolítica de la pandemia es clarísima. Si no hay una verdadera forma colectiva de organizar la vacunación el saldo será un desastre. Esta guerra por capítulos la hemos visto en el interior mismo de los laboratorios que se boicotean unos a otros. Ahora se habla de una tercera dosis, pero no se sabe si la piden las farmacéuticas o los organismos de salud. Ni siquiera un acto colectivo que comprometía a la salud mundial fue respetado y eso nos explica cómo el capitalismo se reproduce incesantemente.

Al principio de la pandemia parecía dominar la idea de “salimos todos o nadie”, hoy incluso vemos discriminación a partir de las vacunas.

Se inventaron nuevas lógicas de segregación y la consigna de “salimos todos o no sale nadie” fue devorada por las instancias del mercado. Incluso ya se empieza a ver un “sálvese quien pueda”. Grandes segmentos de la población no respetan la distancia social ni el uso de las mascarillas porque creen que la pandemia finalizó. Quizá tendría que haber un orden más coercitivo para cumplir las condiciones sanitarias, pero a la vez eso es imposible por las consecuencias que podría tener.

¿Por qué si el capitalismo se reformula, la izquierda no?

El capitalismo se recicla porque trabaja con algoritmos y de un modo inmaterial, es una máquina cuya representación es la derecha. En cambio, la izquierda necesita encontrar una lógica que se adapte a la realidad. Hay un montón de sujetos a quienes el pasado ya no les dice nada y la izquierda vive a partir de una interpretación del pasado. La lógica del capitalismo implica vivir el presente absoluto y no ocuparse de la historia por eso cada vez más los sectores marginados o precarizados como los inmigrantes, votan a la derecha o la ultraderecha. Los intereses personales de estas personas ya no coinciden con los intereses objetivos de clase. La izquierda necesita trabajar en esto siempre con la voluntad y el optimismo de la inteligencia, como decía Gramsci.

¿Dónde ubica la social democracia?

No sé lo que es la social democracia ahora, en la post guerra tuvo momentos interesantes. En los países luteranos del norte de Europa todavía tiene formas de distribución de la riqueza importantes. El resto desapareció porque fue capturada por el neoliberalismo. Ahora esos espacios los ha ocupado la ultraderecha. No sé si se podría habitar una socialdemocracia en América Latina.

¿No ve posible un gobierno regulador y menos menos protagonista?

Eso es muy peligroso porque dentro de poco el trabajo desaparecerá y la necesidad de una renta básica será clave para supervivencia. El capitalismo ha vuelto inhabitable la Tierra así que harán falta mecanismos de regulación importantes para que el planeta no estalle. La pandemia ha demostrado sin estados que garantizaran vacunas gratis esto habría sido un desastre.

 


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