Todavía con el dulce sabor del título de la NBA que ganó el curso pasado, Stephen Curry, la estrella de los Golden State Warriors, aseguró este domingo que se encuentra muy bien físicamente y que tiene muchas ganas para afrontar el desafío de revalidar el anillo en la nueva temporada.
“Estoy muy emocionado por lo que significa llegar a esta temporada intentando defender el título, sabiendo que habrá nuevos desafíos para todos como equipo y para todos de forma individual”, dijo en una rueda de prensa por el NBA Media Day de los Warriors (jornada de puertas abiertas para los medios de cara a la nueva temporada de la NBA).
“Es mi decimocuarto año en la liga. Me siento fresco y en plenitud, listo para empezar (…). Ojalá estemos en otro viaje de nueve meses”, afirmó.
Curry lideró a los Warriors en su victoria por 4-2 ante los Boston Celtics. Este fue el cuarto anillo para la franquicia de Golden State en los últimos ocho años y, además, Curry logró contra los Celtics su primer premio de MVP de las Finales de la NBA. Pese a ese nuevo campeonato para los Warriors, el genial base advirtió que las victorias pasadas no son “una garantía” de éxito en el futuro.
Con Klay Thompson, Draymond Green y Jordan Poole como escuderos (todos ellos de vuelta para la nueva temporada), Curry rindió a un nivel excelente en el pasado curso y se convirtió en el primer jugador en la historia de la NBA en meter más de 3.000 triples. Además, el base se proclamó MVP del All-Star con una descomunal exhibición desde el perímetro: 16 triples para 50 puntos en total.
Curry promedió 25,5 puntos, 5,2 rebotes y 6,3 asistencias a lo largo de la temporada regular, pero su contribución aumentó de manera rotunda en las eliminatorias.
Así, Curry logró en las Finales ante los Celtics 31,2 puntos (con más de 5 triples), 6 rebotes y 5 asistencias de media por encuentro y dejó algunas actuaciones memorables como los 43 puntos que consiguió en el cuarto duelo en Boston para que los Warriors recuperaran el factor cancha.