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Curry impone su voluntad en un espectacular Warriors-Cavaliers

Curry impone su voluntad en un espectacular Warriors-Cavaliers

No todavía. Todavía un poco más. Un poco más que pinta que serán unos cuantos años más. Tras 34 años de vida, 14 en la NBA, tras cuatro anillos y ensalzado como el mejor triplista de los todos los tiempos, Stephen Curry mantiene intacto ese espíritu, esas ganas y ese arrojo de cambiar el destino, que anoche no era sino la victoria en el Chase Center de unos Cleveland Cavaliers sometidos a la voluntad del señor de los triples, que decidió cambiar las cosas con ocho puntos en 43 segundos, del 95-98 a falta de 1:18 al 103-98 con 35 segundos de crono. 106-101 final para Golden State Warriors y, otra vez la multitud a sus pies. 

La coronación de otra sinfonía, 40 puntos (15/23 en TC y 6/11 en triples) para un promedio de temporada de 32,6 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias con un 43% en triples. Anotando y tirando como nunca en su vida. A más ‘viejo’, más bueno. “Se acaban los objetivos para definirle”, decía el entrenador de Golden State, Steve Kerr. 

Lo de Curry es un acto de generosidad, entregando todo su talento y orgullo a sus Warriors cuando más lo necesitan, rezagados los de la Bahía en la antepenúltima posición del Oeste antes de este partido, más que un encuentro más de temporada regular, un espectáculo digno de play-offs. 

Los Cavaliers, emergentes opositores al título, con el deseo de que los Cavs de LeBron queden ya como un agradable recuerdo y dejen de ser la nostalgia constante, reforzaron su candidatura, poseyendo casi siempre la iniciativa en el marcador, con un defensa coral y un ataque algo mermado al final, demasiado solos un superlativo Donovan Mitchell -29 puntos y un 10/20 en TC, 10 rebotes y 9 asistencias-, y Evan Mobley, rocoso en la pintura con 20 tantos (8/15 en lanzamientos) y 12 rebotes. Fue un mal día del equipo en el tiro -40% en tiros de campo y un 26,7% en triples-, y del banquillo, sólo 13 tantos entre Kevin Love (9), Osman y Okoro (4) ante los 28 de los Warriors, con 18 de Jordan Poole y 10 de Anthony Lamb. 

Lo que se va a encontrar Ricky Rubio cuando vuelva -podría hacerlo a lo largo del mes de diciembre-, tiene buena pinta pero con ciertas áreas de mejora que precisan de la intervención del base de El Masnou. Como ya le sucedió también al equipo de J.B. Bickerstaff contra los Raptors en la derrota del partido inaugural, los Cavs dilapidaron cómodas ventajas al final, dado que los de Ohio llegaron a disfrutar de una renta de 10 puntos (62-72) a falta de dos minutos para el final de un tercer parcial que terminó con los Warriors bien vivos 74-79. Y de otra aún más importante, de 8 tantos (87-95) pero a falta de sólo 4:27 para la conclusión. 

Los Cavs volvieron a añorar ese temple en los minutos de jaleo que sólo otorga Ricky y que descargue de responsabilidades al íntimo amigo del catalán, Mitchell. Aunque convertido ya en un base anotador y asistente de élite, a Darius Garland le sigue faltando en ocasiones esa lectura para buscar otras alternativas ante superioridades numéricas, especialmente cuando no atina con el tiro, con 15 puntos y un exiguo 5/19 en lanzamientos contra Golden State. Muy inconsistente se mostró también Caris LeVert, con 11 puntos con un 4/11 en tiros de campo. 

Mitchell lo bordó también en la interpretación del juego -supo abrir al perímetro cuando la defensa de los Warriors colapsó-, y el equipo supo ocupar los espacios con las ventajas que generaba a partir del bloqueo directo, aunque no fue una mala noche para los Cavs más allá del arco. Poniendo sobre la pista los argumentos que le convierten en el tercer mejor ataque de la NBA y también en la tercera mejor defensa -único equipo en el top-3 en rating ofensivo y defensivo-, Cleveland planteó una defensa muy física, persiguiendo con éxito las salidas de bloqueos indirectos de Golden State y llegando a desactivar en algún momento a Curry con 2×1 y orientándole el bote hacia su mano menos dominante, la derecha. 

Los Warriors se reanimaron a finales del tercer cuarto, cuando el triunfo parecía dirigirse a Cleveland con una defensa en zona y el despegue de Curry en el momento más indicado -15 puntos en el último parcial-, complementó la buena gestión desde el banquillo de Steve Kerr. El demoledor sprint final del base vino precedido de un triple de Klay Thompson, en una ofuscada noche para él -9 puntos y 3/13 en lanzamientos-, pero puntual también para ser el ‘Splash Brother’ que escribiera el prólogo de un glorioso capítulo más del otro. Puede que algún día manden los Cavaliers en la NBA -quién sabe si no esta temporada-, pero, de momento, lo sigue haciendo Don Stephen Curry. 




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