Debutó en el Dakar 2021 dejando una gran impresión. Fue 13º en la general en motos, el segundo mejor ‘rookie’ de la categoría y logró la primera posición en la categoría maratón. Tosha Schareina, valenciano, de padre alemán, caía de pie en la carrera más dura del mundo y dejaba una perfecta tarjeta de presentación. El pasado año tuvo que iniciar su proyecto tarde “por cosas que se cayeron previamente” y finalmente no llegó a tiempo a inscribirse por segundo año consecutivo. Tuvo que ver desde el sofá de su casa como el resto de pilotos competía en una carrera en la que él también debía estar.
No desesperó. Entrenó y compitió en otras citas para preparar su segundo asalto al Dakar en 2023. Tenía la difícil papeleta de por lo menos igualar lo cosechado en 2021. Y en una carrera rapidísima, con un ritmo vertiginoso y un grupo de una quincena de pilotos oficiales capaces de ganar etapas y luchar por la general, el reto era enorme para Tosha, consciente de que debía seguir demostrando su valía para poder aspirar en un futuro a estar en ese grupo de favoritos. Y pese a un inicio complicado, el valenciano lo consiguió: finalizó el Dakar 2023 en la 13ª posición de la general, repitiendo su resultado de 2021 en una carrera cuyo ritmo incluso sorprendió a Barreda. Nadie de los de arriba aflojó lo más mínimo, apretando al máximo, gas a fondo, a un ritmo enorme.
Por eso, no es de extrañar que Tosha luciera una sonrisa de oreja a oreja cuando atendió a MD al cruzar la meta final de Dammam. Había logrado lo más difícil, cumplir el objetivo que se ponía durante la segunda semana de lograr meterse entre los 10 mejores de forma constante en las etapas y seguir el ritmo de los pilotos oficiales. “Estoy muy contento de cumplir los objetivos que nos marcábamos en esta segunda semana de estar dentro del Top-10 de etapa”, comentó.
Tosha pilota una GasGas con el apoyo de Jorge Martínez Aspar. Pero no hay que confundir la moto del valenciano con la de dos favoritos como Daniel Sanders o Sam Sunderland (ganador del Dakar 2022). La máquina del australiano y el británico es una moto ‘pata negra’ del equipo de fábrica, que compite bajo la misma estructura de KTM, una moto igual aunque con distintos colores. “Yo he ido con una estructura satélite, con una moto de serie. Llevamos la misma marca pero es una moto igual a la que puedes comprar. Es una muy buena moto, pero en un equipo satélite”, matizaba.
Tosha sabía que disponía de un buen material de inicio, no tan bueno como los pilotos oficiales, pero debía permitirle estar cerca. Sin embargo, todo se torció al segundo día de competición. “Me rompí el dedo meñique en la segunda etapa, en el único sitio en el que no había piedras, en una caída tonta. Me lo rompí y caí fuerte. Pudimos seguir, no me molestaba tanto y no es excusa, pero debido a que tenía que cogerme mal del manillar, ello derivó en una tendinitis y eso es lo que he ido arrastrando toda la semana”, apuntó a este diario, mostrando su dedo meñique de la mano derecha, con la que da gas, totalmente torcido.
“Quería descansar en la etapa de descanso para llegar bien y así lo hice. Y en la segunda semana he podido ir mejor”, añadió. Vaya si lo hizo. Su constancia entre los 10 o 15 mejores lo dejó claro. Y ello le permitió ascender hasta la 13ª plaza final. Prueba más que superada que demuestra que lo de 2021 no fue casualidad, sino el inicio de la carrera dakariana de un piloto que quiere dar mucha guerra.
A por el siguiente paso
Tras muchos años con Joan Barreda peleando por triunfos de etapa y luchando por la victoria en la general, el de Torreblanca, a sus 39 años, aún no sabe si seguirá y España busca relevo. Tras él, Lorenzo Santolino tratará de defender el honor español en motos tras terminar noveno en 2023, aunque todavía sin un material y una estructura a la altura de Honda o KTM, algo que no le permite aspirar al triunfo. Al salmantino se le une un Tosha Schareina que tiene las cosas muy claras: “¿Si soy el futuro de España en el Dakar? Nunca se sabe. Lo que tengo claro es que quiero serlo”.
A esa victoria es a la que quiere aspirar algún día Schareina. Asegura que ha llegado para quedarse. Después de su primer paso por el motocross y su posterior y destacada carrera en el Mundial de Enduro, Tosha quiere brillar en los rallies. Su inicio ha sido muy bueno, pero quiere más. Quiere demostrar su velocidad, seguir perfeccionando su técnica de navegación y aprendiendo de la cita más dura del mundo para optar a la victoria algún día, relevando así al castellonense Joan Barreda en la batalla.
“He vuelto para quedarme, por supuesto. Yo lo que quiero es estar aquí siempre y creo que algún día podremos estar allí para luchar por ganar este rally”, expresó a este diario en la meta final, seguro de que algún día estará en la ‘pomada’, como lo ha estado Barreda, o como en su día lo estuvieron los Coma, Roma, Esteve, Arcarons y compañía.
Para ello, sabe que debe primero exhibir su velocidad para ganarse un hueco en una moto oficial. “¿La oportunidad de una oficial? Eso nunca se sabe. Lo que está claro es que lo estoy luchando día a día y ya estoy peleando por ello. Y cuando lo luchas, al final creo que todo llega”. No será fácil. Mason Klein, con una KTM privada y a sus 21 años ha exhibido una velocidad endiablada y no tardará en ganarse ese sitio. Se lo rifarán. Ese pasito es el que le falta dar a Tosha. Brillar entre los mejores para llamar a la puerta de las grandes marcas. Está trabajando para lograrlo: “De momento, no estamos aún ahí, pero es una carrera de experiencia, que vamos a ir cogiendo y en algún momento estaremos ahí para ir a ganarlo”. Schareina ya llama a la puerta. Quiere estar entre los mejores.