El rival de España en cuartos de final, Países Bajos, tiene un as en la manga, una baza que conoce muy bien a la selección española: Dámaris Egurrola Wienke. La centrocampista que jugó en las categorías inferiores de la Roja y que se proclamó campeona de Europa Sub’19 y subcampeona del Mundo Sub’20 con España formando equipo con Aitana Bonmatí, Patri Guijarro y Ona Batlle, es una especie de infiltrada en la ‘oranje’.
La centrocampista tiene triple nacionalidad. Nacida en Estados Unidos (Orlando, 1999), de madre neerlandesa y padre vasco, despuntó en el Athletic Club y a punto estuvo de fichar por el Barça, pero decidió emigrar a Inglaterra (Everton) y después a Francia de la mano del poderoso Olympique de Lyon para triunfar lejos de casa. El club francés pagó por ella una cláusula de 100.000 euros para alzarse con la Liga y la Champions en 2022. En este Mundial ha actuado como revulsivo saliendo de suplente en los cuatro partidos disputados, aunque ante España tendrá un papel más relevante, tal como anunciaba el seleccionador Andries Jonker: “Será realmente importante ante España. Tiene cualidades específicas y nos va a ayudar muchísimo analizando individualmente a las rivales”.
Dámaris tendrá ahora la ocasión de tomarse su particular ‘venganza’. Y es que con la Roja, más concretamente con Jorge Vilda, tuvo una cruda polémica que acabó con la decisión final de la hispano-neerlandesa de decantarse por la ‘oranje’.
Llegó a debutar con la Absoluta en un amistoso ante Camerún con 19 años, pero su relación con Vilda se torció cuando no acudió a una convocatoria de la Sub’23 recién salida de la cuarentena por covid y el seleccionador decidió no seguir contando con ella para la Absoluta. Al decir públicamente Vilda que fue la jugadora quien rechazó la llamada de la Roja, Dámaris no dudó en señalar que “ser seleccionador no le da a Jorge Vilda derecho a mentir y yo no podía esperar más a España”.
Con ofertas sobre la mesa tanto de Estados Unidos como de Países Bajos, se decantó por compartir vestuario junto a su ídolo Lieke Martens y su compañera de equipo Danielle van de Donk, a quien posiblemente sustituirá ante España por sanción de la jugadora. “Elegí la selección holandesa porque mi madre siempre ha sido una fuente de inspiración para mí”, señalaba en la revista ‘Forbes’ para añadir que “me alegro de haberme marchado de España, aquí me han acogido muy bien desde el principio”.
“Somos muy ambiciosas. Tenemos un muy buen equipo que lo ha ganado todo en los últimos años y una generación joven con mucho talento”, sostiene. Ahora tiene ocasión de reivindicarse