Damnificados por las imágenes

Los expertos señalan que el subconsciente piensa por medio de imágenes y sentimientos. Si, como decía el poeta, una de las dos Españas ha de helarte el corazón es evidente que la televisión, cualquier canal, ha conseguido unificar a la ciudadanía con sus informativos y retransmisiones: ya todos somos damnificados por sus imágenes. Algunos ejemplos:

Si Pablo Casado convoca a los medios en una granja de ganadería extensiva para atizar más el fuego en la polémica rural, ¿dónde convocaría a la prensa en caso de modificarse la legislación sobre reproducción asistida?

Sobre el asunto de Djokovic, del que por supuesto todos los tertulianos lo saben todo, señalar la novedosa aportación que hizo Cristina Cifuentes en Telecinco: “La ley ha de ser igual para todos”.

Al parecer, aunque no esté totalmente confirmado, hay un jugador de la Ponferradina que no tiene ningún tatuaje en ninguno de sus brazos. Los dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol, a su regreso de Riad tras contemplar la Supercopa de España, ubicación idónea para que pudieran asistir los seguidores de los clubes, están pensando en abrir un expediente al díscolo futbolista.

Por sorprendente que parezca hay una serie finlandesa, Fast (COSMO), que es un desastre absoluto: guiones malos, diálogos simplones y un casting deplorable. La parte positiva es que el que una serie nórdica sea un dislate le acerca a la condición de humanos. Algo es algo.

Tampoco se puede aseverar que Rocío Carrasco, Rocío Flores o Antonio David Flores cobren un porcentaje de los posibles beneficios del programa que presenta María Patiño habida cuenta de los minutos que diariamente le dedican. Hace tiempo que han superado la cualidad de “culebrón del verano”, incluso la del otoño y el invierno.

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