Centroamericanos que buscan refugio en Estados Unidos, pero no disponen de un familiar estadounidense que los ayude a solicitar “asilo político”, encuentran una vía de apoyo en una red de patrocinadores organizada por un grupo evangelista de California, que ofrece techo y asesoría legal.
“Muchas personas vienen huyendo principalmente de Centroamérica por razones políticas, por búsqueda de trabajo y por violencia de las pandillas. Muchos califican para solicitar asilo político”, dijo a Efe Melvin Valiente, pastor de la Primera Iglesia Bautista de Maywood, una pequeña ciudad en el condado de Los Ángeles.
Junto a su esposa, Ada Valiente, quien también es predicadora, el pastor lidera una red de formación de “patrocinadores” que ya ampara a 40 personas en Estados Unidos.
Se trata de “personas que les ayuden en el papeleo que necesitan entregar a inmigración, para que les acepten el asilo político y también (ofrecemos) hogares donde ellos puedan estar, mientras con fe esperan la resolución de (el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos) USCIS”, explicó Valiente.
De acuerdo con el religioso, la red de apoyo solo toma “casos creíbles de asilo político”, a cuyos solicitantes se les brinda abogados gratuitos.
También, según Valiente, la red paga fianzas de aproximadamente 5.000 dólares para continuar el proceso legal en libertad.
Los beneficiarios reciben además alimentos y ropa mientras esperan una “resolución positiva” para obtener permiso de empleo, entre otros documentos.
Así, los responsables de solicitantes de asilo los reciben como huéspedes en sus hogares y les acompañan a citas requeridas por autoridades migratorias durante sus trámites.
Entre los patrocinadores hay mexicanos, centroamericanos y anglosajones, mientras que los acogidos son nicaragüenses en su mayoría, aunque también hay salvadoreños.
Una de las vías por las que los inmigrantes contactan a la red es la página en Facebook “Pastores Valiente (We care)”, y otra suele ser el teléfono de la Primera Iglesia Bautista de Maywood.
Mario Mairena, propietario de una empresa de camiones de transporte, dijo a Efe que tiene como huésped, en su vivienda, al líder campesino Alonso Duarte, quien participó en 2018 en bloqueos de calles en Tecolostote, provincia nicaragüense de Boaco.
También Mairena alberga a su sobrino Azael Chamorro, otro nicaragüense en trámites de asilo político.
“Si resultan deportados sería su sentencia de muerte”, indicó Mairena, fundador de la organización no lucrativa “Unidos por Nicaragua”.
“Me motiva saber que son jóvenes que se levantaron en defensa de nuestro pueblo, de nuestros ancianos”, expresó el activista de 51 años.
“Regresar a Nicaragua significa entregarme a las torturas de las cárceles o entregarme a la muerte”, aseguró por otro lado Duarte, de 36 años.
Luego de escapar del régimen establecido en su país por el gobernante Daniel Ortega, el líder campesino se entregó a oficiales de la Patrulla Fronteriza en la garita de Matamoros, Texas, en enero 2019. Estuvo recluido en el Centro de detención Puerto Isabel, también en el estado de Texas.
Otro “patrocinado” es Sergio Dávila, de 39 años, coordinador parroquial de una iglesia católica en Estelí, Nicaragua, quien organizaba allí “peregrinaciones por la paz”.
Por esta razón, aseguró, fue objeto de un “atentado” por parte de la policía secreta.
“Me dispararon, me estaban esperando en un lugar y me dispararon, yo iba en una motocicleta y no me pegaron, gracias a Dios”, dice Dávila.
Este nicaragüense se entregó en septiembre de 2018 a los agentes de la Patrulla Fronteriza estadounidense y en el centro de detención donde estuvo supo de la importancia de tener un patrocinador para evitar la deportación.
Otra de las recién “patrocinadas” es la salvadoreña Cindy Serrano, abogada profesional. Ella fue amenazada de muerte por bandas del crimen organizado en su país, y en EE.UU. “calificó” para tramitar el asilo político, indicó Valiente.
El pastor contó que una treintena de patrocinadores aglutinados en la organización “Mateo 25” apoyan a nivel nacional a familias completas, las que fueron separadas en la frontera al ingresar a EE.UU. y hoy realizan trámites de asilo.
Mientras, en la Primera Iglesia Bautista de Maywood la congregación invoca “la intervención divina”, para que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se apiaden de más de un centenar de nicaragüenses detenidos que solicitan asilo político y que “no los deporten”.
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