El miércoles pasado empezó la primera de sus 18 sesiones de radio y, también por primera vez, ha contado detalles de estos meses de tratamiento contra el cáncer en la Cadena SER, durante una entrevista con Juan Carlos Ortega. En ella, como ha hecho a lo largo del tiempo que ha pasado desde que dio a conocer el 25 de marzo que padecía un cáncer, un linfoma de Hodgkin, demostró su sentido del humor, su aceptación hacia el proceso y el realismo que no dejó de asomarse a las descripciones que hizo de algunas de las situaciones que ha vivido. Empezó por describir su primera sesión de radioterapia, bromeando con el presentador del programa y diciendo que era mejor una sesión de radio como la que estaba teniendo en esos momentos: “Está es la buena porque me muevo mover un poco, no sabes lo que es la radio (en referencia a la radioterapia), te anclan ahí a una cama, te hacen el primer día un molde que en mi caso se ajusta del pecho hacia arriba incluida la cara y ese molde está superajustado a tu figura que ni puedes engordar ni adelgazar. Te anclan a la cama del acelerador para que cada día la radiación vaya exactamente dónde debe”.Incluso notándose que durante los 10 minutos que describió lo pasa mal en esa situación, tuvo humor para decir: “Bueno esto es muy moderno, porque hace 30 años debía ser una especie de lanzallamas, pero es que no puedes ni tragar”, explicó el protagonista de Ocho apellidos vascos o Superlópez. También fue capaz de hablar del proceso comparándolo con las sesiones de quimioterapia que la pasada semana anunció haber finalizado en sus redes sociales: “Con la quimio llegaba al hospital a las 9 de la mañana, me sacaban sangre para ver cómo andaba con las defensas, en el laboratorio me hacían los jarabes”, explicó en referencia a las fórmulas que recibía para combatir su enfermedad. No dejó nada sin contar: “Eran cuatro bolsas de quimio, intercaladas con bolsas de suero y algún que otro medicamento. En total litro y medio que te meten en vena hasta que salíamos de allí a las tres y media de la tarde. Haces amistad con la gente, no te queda otra”, continuó diciendo sin perder el positivismo y nombrando a los sanitarios que le están atendiendo durante su enfermedad.También detalló que el primer aviso de que algo podía estar pasando en su organismo fue un bultito que se notó por encima de la clavícula izquierda. Un bulto que fue yendo a más y que primero consultó con algún amigo médico a través de fotografías y que fueron ellos mismos los que le dijeron que si no remitía debía ir al hospital: “Ocurrió cuando hacía dos días que habían decretado el estado de alarma en el país [por la pandemia de coronavirus], e imaginad lo que me apetecía meterme en el hospital”, dijo.Rovira también contó que durante los cuatro meses que ha durado la primera fase de su tratamiento y desde que hizo pública su dolencia ha hecho “un cordón sanitario a nivel de televisión, redes sociales…, para que todos los inputs que me llegaran fueran bonitos. Solo me apetecía ver comedias, a mí que me gustan mucho las películas de terror… Pero puedo decir que los mensajes que me han llegado han sido cien por cien de cariño, aunque al final te tienes que reír porque la gente queriéndote expresar cariño a lo mejor la manera en que lo hacen no es la mejor”, afirmó.El presentador destacó el humor como el antídoto que maneja con maestría Rovira frente a estas situaciones y su habilidad para conseguir bromear sin que resulte macabro con el proceso de su propia enfermedad. Algo que empezó desde el mismo comienzo de la entrevista cuando Ortega le presentó dando cuenta de los títulos de las películas que le habían hecho famoso y Rovira le dijo: “A ver, vosotros lo que queréis es preguntarme cómo me va a mí con lo mío y estáis ahí dando vueltas como dos buitres y no os atrevéis a bajar al cuerpo. Si no os paro me decís hasta el número del DNI y todos los diplomas que tengo”.La misma ironía que empleó más tarde cuando hablando de sus proyectos futuros se refirió a una nueva película diciendo: “Era uno de mis objetivos: el primero era no morirme, el segundo era otro [que no especificó] y el tercero era llegar a tiempo a un rodaje que, yo ahora que ya he hecho los deberes, se hará en Atenas. Es una peli que va a contar la historia de Proactiva Open Arms y Óscar Campos y el drama de la inmigración en la zona de Lesbos”.Durante la conversación fueron saliendo otros pequeños detalles de su vida: que desde hace medio año vive en la sierra madrileña, que ahora no le puede dar el sol tanto por la quimio como por la radio y que hace “un poco vida vampírica” para evitarlo. La entrevista finalizó con una tierna declaración de Dani Rovira: “A la hora de decir te quiero durante esta pandemia hay gente que no se atreve a decirlo así directamente, y usa una expresión que me parece muy válida: se te quiere mucho. Yo os quiero y se os quiere mucho”.
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