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David López, 'El Káiser de Sant Cugat'

David López, 'El Káiser de Sant Cugat'

A nivel personal, un gran tipo. La pinta de yerno perfecto no es fachada, sino realidad. A nivel futbolístico, un líder por antonomasia. Un futbolista de los que, una vez rueda el balón, deja apartada la docilidad para convertirse en un guerrero de los que no da un solo balón por perdido. Ese ha sido David López desde que debutó con el primer equipo del Espanyol en septiembre de 2010 hasta que este martes se despidió entre lágrimas del club de su vida. Ese será siempre David López Silva, vista la camiseta que vista y esté o no en el terreno de juego.

Como él mismo aseveró en su acto de despedida, su sueño era retirarse como perico, pero no podrá ser. Tiene 32 y todavía mucho fútbol en sus piernas para continuar siendo el alma del equipo en el que juegue. Porque esa es una de las principales virtudes de David López como futbolista, ese intangible que no aparece en las estadísticas pero sin duda aporta, y mucho, al colectivo.

Muestra de su entrega es el hecho de que se marche del Espanyol sin ser encasillado en una sola posición. Ha jugado mucho de defensa central siendo centrocampista de formación. Fuerte y difícil de superar en los duelos, los hay que han llegado a decir de él que se trata de un jugador demasiado lento, pero no es así. En carrera, nunca ha sido fácil de superar.

Por otra parte, uno de sus puntos fuertes siempre ha sido y será el saber estar en el sitio oportuno. Dicho de otra forma, el aspecto táctico. Hay futbolistas de los que se dice que son la extensión del entrenador sobre el verde, y David López es sin duda uno de ellos.

Cierto es que las lesiones le han lastrado en algunos momentos, pero siempre que cayó se levantó. Porque así fue, es y siempre será el David López futbolista y el David López Silva persona. Un guerrero. ‘El Káiser de Sant Cugat’.




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