De dónde surge el nombre de los chiringuitos y dónde surgió el primero en España

Los chiringuitos son algo esencial en el verano de muchos españoles. Pequeños locales o establecimientos a pie de playa que tienen mucha tradición a pesar de que en los últimos años han sabido como renovarse y convertirse también en espacios en los que la gente no sólo come o se toma algo, sino que no pueden faltar tampoco la música o incluso tumbonas, pero ¿De dónde surge el nombre de los chiringuitos y dónde surgió el primero en España?

El nombre de los chiringuitos

Es curioso que la palabra «Chiringuito» en España sea algo que todos conocemos, y que además tenemos asumida como propia, pero lo cierto es que no es así realmente. Los locales junto a la playa que todos visitamos cada verano, deben su nombre a otro país: en concreto Cuba ya que la palabra «chiringuito» es diminutivo de la palabra cubana «chiringo» que era como se llamaba al café que se servía en algunos de los establecimientos de la isla y que consistía en echar agua caliente a través del uso de una media.

Este modo tan particular de hacer café, derivó en esa palabra y que esos mismos establecimientos donde se servía se conocieran como «chiringuitos».

El nacimiento del primer chiringuito

El nombre chiringuito fue adoptado por César González Ruano, periodista y escritor, que pudo descubrirlo en uno de sus viajes a Cuba y a su vuelta a Barcelona decidió usarlo para su propio establecimiento en la playa de Sitges. González había llamado al local El Kiosket, pero en 1949 decidió cambiarlo por el de Chiringuito y de este modo, nació el primero de muchos.

La evolución de los chiringuitos

Durante los años 60 y 70, con la explosión del turismo en España, se multiplicó el número de chiringuitos en el país. No solo atendieron al incipiente turismo de playa nacional, sino también a los numerosos visitantes extranjeros que llegaban en verano.

La fórmula inicial era muy simple. Después de todo, muchos de estos chiringuitos no eran más que cabañas junto al mar, que ofrecían pescados, arroces y tapas preparados de forma sencilla. Nada demasiado sofisticado, solo lo esencial para las personas que querían mantener los pies en la arena mientras almorzaban o cenaban.

El perfil de ha evolucionado con el tiempo. De bares modestos con una oferta básica, ahora son auténticos restaurantes donde se cuida el producto, se ofrece un buen servicio y se vende vino, como si de un restaurante gastronómico se tratase. Un ejemplo es La Milla , un chiringuito en Marbella (Andalucía) que ha sido mencionado en las guías Michelin y Repsol.


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