Cuando David de Gea, guardameta del United, hace una parada, encaja un gol o simplemente interviene en el juego, no es raro que segundos después desvíe la mirada hacia el banquillo para recibir la aprobación de un pulgar arriba o, por el contrario, algún gesto torcido. Se lo hace Emilio Álvarez (Madrid; 47 años), preparador de porteros del Manchester United que ha mantenido su puesto en el club por más que formara parte del cuerpo técnico de Mourinho, despedido hace poco menos de cuatro meses.
Pregunta. ¿De dónde le sale la pasión por el fútbol?
Respuesta. Fue obsesión. Siempre le pedía a mis padres que me compraran la pelota y la llevaba cada día al colegio. Como se perdía, pedía dinero a mis tíos, hermanos o quien fuera para comprar otra porque la tenía en los pies en clase, en las comidas o incluso me la llevaba a dormir conmigo a la cama.
P. ¿Y cómo es que escogió evitar goles a meterlos?
R. Porque iba con mi padre a correr y al final siempre me decía: ‘Ponte que chuto’. Con el tiempo sentí que tenía que ser portero.
P. Lo consiguió.
R. Sí. Empecé en las inferiores de Las Rozas y con 16 años hice una prueba en el Madrid. Al acabar, me dijeron que Valdano me quería para el juvenil y dos días más tarde ya era titular en un partido del equipo. Llegué al Castilla y luego pasé por el Rayo, el Mallorca B, Palencia, Moscardó, Jaén, Mérida, Extremadura…
P. ¿Y cuándo decidió enseñar la portería?
R. Me salió de forma natural. Hace años, la figura del entrenador de porteros no era usual. Había momentos en los que nos decían: “Id allí y haced algo en estos 15 minutos”. Me resultaba muy duro entender que malgastábamos el tiempo porque no hacíamos nada. Por lo que me puse a hacer ejercicios y como me apasiona el fútbol y la portería… Llegó.
P. ¿Cómo?
Con 17 años, De Gea era delgadísimo, pero el talento y el balón no piden el DNI
Cómo está el niño, me lo llevaré cuando vaya a algún sitio, me escribía Mourinho
P. ¿Han mirado vídeos del Barça?
R. Siempre lo hacemos con los rivales.
P. ¿Qué mensajes le repite a De Gea?
R. Que Emilio es el mejor entrenador del mundo y no le deje que se vaya. Es broma, pero sí que se lo he dicho alguna vez en un calentamiento de partido para quitarle presión.
P. Los dos últimos penaltis del Barça han sido a lo Panenka. ¿Se le puede aconsejar a un portero que no se tire?
R. Claro. Es que la gente piensa erróneamente que no tirarse es ridículo o no sé. Pero es por desconocimiento. Si haces un análisis, ves que un lanzador puede tirar a la derecha, al centro o a la izquierda. ¿Por qué descartar la zona central?
P. ¿Es usted innovador en la portería?
R. Sí. Antes era aburrido porque los porteros siempre hacíamos lo mismo. Por lo que me propuse innovar y utilicé el primero en España herramientas como las raquetas y bolas de tenis, trampolines, camas de agua para deslizarse, máscaras de hockey para intervenir con la cara, muñecos, cintas, gomas elásticas… Y no siempre es fácil, ¿eh? Recuerdo que Cañizares, cuando él tenía 36 y yo 33, al principio me quería matar. Pero con el tiempo vio que funcionaba. Para convencer tienes que comprometer, preguntarle cosas cómo: ‘Mira a ver si te va bien esto’. Te tienes que ganar el primer espacio.
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