Mientras transcurre la campaña electoral del Athletic, algunos nombres propios cobran un protagonismo que trasciende más allá de la pura y cruda realidad rojiblanca. Tres candidatos, tres, aspiran a sustituir a Aitor Elizegi en el sillón de Ibaigane a partir del próximo viernes. Mientras tanto más de un centenar de profesionales del club rojiblanco sigue sin saber cuál va a ser su futuro.
El dato resulta tremendo por sí mismo. La entidad bilbaína, representada en estos momentos por los tres candidatos que aspiran a dirigir la nave rojiblanca durante los próximos cuatro años, busca tres entrenadores de primer nivel y otros tantos directores deportivos. De los dos que salgan elegidos, uno en cada ámbito, se desencadenarán los acontecimientos en torno al porvenir de todos esos ‘empleados’ de Lezama que a estas altura de partido solo saben que su vinculación con el club expira este 30 de junio.
Incertidumbre
A la incertidumbre por lo que va a suceder con su puesto de trabajo se le suma el aluvión de críticas que arrastra este tipo de procesos electorales. Poco o nada de lo que se hace en la fábrica rojiblanca es bueno y suficiente. Tienen que venir de fuera a enseñar a los profesionales de una institución que lleva a gala ser una de los tres de la Liga que siempre ha competido en Primera y la única que lo hace con futbolistas de la tierra y alrededores, formados muchos de ellos en su propia cantera.
Todo lo que suponga mejora para el Athletic bienvenido sea, pero siempre con el debido respeto a los que han trabajado, trabajan y trabajarán en la propia institución. Algún nombre o algunos nombres decantarán seguramente estos comicios, pero él o ellos acabarán finalizando su ciclo y el club bilbaíno permanecerá. Máximo respeto, por tanto, a los de casa.