Sidy Cissoko, una de las perlas de la cantera del Baskonia, jugará el próximo curso con el G-League Ignite, el equipo formativo impulsado por la NBA dentro de su liga de desarrollo para catapultar la trayectoria de sus jóvenes talentos. El escolta francés, de 18 años, firmó su nuevo contrato a finales del pasado mes de junio y ocupa este miércoles un lugar en la portada de la ESPN en Estados Unidos por su decisión de optar al joven programa de la liga tras el anuncio oficial del acuerdo.
“Exploramos distintas opciones con mis agentes y el G-League Ignite nos pareció la mejor opción para lograr mis objetivos”, comenta el jugador al portal estadounidense. “La habilidad del programa para maximizar el potencial de sus jugadores dentro y fuera de la pista me ha convencido. Su capacidad de desarrollo a medida y la oportunidad de empezar a hacer la transición del juego europeo al estadounidense han resultado claves. Cuando hablé con el cuerpo técnico sentí que era una prioridad para ellos”.
El Baskonia, que hizo debutar esta pasada temporada al jugador en la Liga Endesa para retener sus derechos en Europa, mantiene una esperanza reducida en poder contar de nuevo con el jugador al término del curso, una opción que requeriría un fiasco en el Draft de la NBA. El talento está proyectado como elección de primera ronda en 2023 y es considerado el tercer mejor jugador europeo de su generación por detrás de sus compatriotas Victor Wembanyama y Rayan Rupert.
En el Draft de 2022, tres jugadores del G-League Ignite fueron seleccionados para firmar contratos con franquicias de la NBA: Dyson Daniels fue octavo con los Pelicans; MarJon Beauchamp vigesimocuarto con los Bucks; y Jaden Hardy, trigesimoséptimo con los Kings antes de ser traspasado a los Mavericks. En dos temporadas en acción, el Ignite ha desarrollado a tres jugadores que han terminado dentro del Top 10 en sus respectivos Drafts: Jalen Green (2) y Jonathan Kuminga (7) en 2021 y Daniels (8) en 2022. Los jugadores que fichan por el equipo formativo pueden llegar a cobrar hasta 500.000 dólares de salario, una alternativa que ha revolucionado el camino hacia la NBA incluso para los mejores proyectos universitarios.
“Dyson demuestra que un jugador internacional que juega en la G-League puede ser elegido muy arriba”, valora Cissoko. “Fue interesante ver cómo le han usado sobre la pista, ya que jugamos en la misma posición, aunque nuestro juego es diferente. Ha tenido una gran temporada y ha mejorado mucho, y esto es lo que yo mismo busco”.
Del Iraurgi al Ignite: “La liga es más física y agresiva”
Cissoko, que mide 1,97 según su perfil oficial de la FIBA, entró en el radar de la NBA tras destacar en el Eurobasket sub-18 en Tel Aviv el verano pasado. En la LEB Oro, con el Juaristi ISB, protagonizó una temporada sólida que ayudó a salvar la categoría al filial del Baskonia, equipo que le reclutó cuando tenía 13 años, y le ganó la distinción como escolta revelación de la competición con promedios de 10,8 puntos, 3 rebotes y 2,4 asistencias por partido en 23,1 minutos de juego.
Su desparpajo sobre la pista le ganó en abril una invitación al Nike Hoop Summit de Portland (Oregón), donde destacó como uno de los mejores talentos del equipo internacional de la cita formativa. Preguntado sobre la transición de la LEB Oro a la G-League, Cissoko mostró una posición muy reflexionada sobre el reto que tiene por delante: “La G-League es más atlética y física que la LEB Oro. Aquí son muy agresivos, y el juego es más rápido. Haberme quedado en el Baskonia era una buena opción, ya que la Euroliga es la segunda mejor competición del mundo y la ACB la mejor liga nacional. Sin embargo, para mí era importante centrarme en mi desarrollo individual y hacer la transición a este nuevo estilo, ya que esto no quita que me quede con todo lo aprendido en Europa”.
El francés, que ahora mismo prepara su participación en el Eurobasket sub-18 de este año, que se celebra a partir del 30 de julio en Izmir, Turquía, quiere intentar entrar en el Top 10 del Draft de 2023 y arrancar cuanto antes mejor su periplo en la NBA. En Las Vegas, nueva sede del Ignite desde esta temporada, esperan a su primer proyecto europeo de la historia con los brazos abiertos.