De lo alto de la Sagrada Família, al Dakar

Abre una pequeña ventana. Sale por ella y se cuelga de la estructura. Atado, sube unos 20 metros por unas placas que él mismo colocó en su día, y practicando escalada vertical, su especialidad, alcanza la cima. Está en un lugar único y él mismo dice sentirse “privilegiado por ello”. Es una de las pocas personas que va a estar allí en años. A sus pies, Barcelona se hace diminuta. Está en lo alto de la Sagrada Família, a más de 120 metros de altura. Ese es uno de los secretos que esconde el Dakar. Historias sorprendentes de vida como la de este mecánico de motos de la estructura española Pedregà Team en el Dakar 2023, un equipo que ofrece asistencia a múltiples vehículos de todas las categorías. 

Entre sus hombres fuertes se encuentra David Palmada (24,-3-1973, Manresa), aunque si dices su nombre en el comedor del vivac, pocos sabrán quién es. Si dices ‘Pelut’, automáticamente te responderán con una sonrisa. Se la ha ganado a pulso. Es uno de los más queridos del campamento dakariano por su naturalidad y la alegría con la que vive la vida. ‘Pelut’, así le llaman sus amigos y la familia dakariana tras los 21 Dakares que suma en esta edición de 2023.

Para entender qué hacía ‘Pelut’ en lo alto del segundo monumento más visitado de toda España primero es necesario conocer su historia. Su oficio “real” es el de mecánico de moto. Trabajó durante muchos años en carreras off road en KTM España y debutó en el Dakar a mediados de los 90 como mecánico de Isidre Esteve. Trabajó codo con codo con los mecánicos de Nani Roma, Jordi Arcarons, y también asistió a Gerard Farrés o a un campeón mundial como Iván Cervantes en Enduro. Pero llegó un momento en que entendió que debía cambiar su forma de vida. Estaba todos los fines de semana fuera de casa, en las carreras. “Me di cuenta que no tenía tiempo para mí. Y sobre todo, no tenía tiempo de practicar mi gran pasión: la escalada”.

Cambio radical de vida

Llegó un día en que decidió  dar el paso y cogió una excedencia de dos años. Dos semanas después de aquello, estaba en el Polo Norte realizando una de sus ‘locuras’: “Junto a mi compañero Josep Maria Esquirol, abrimos una vía nueva en un lugar remoto al que jamás había ido nadie. Estuvimos 40 días allí, incomunicados y abrimos una vía de más de 2.000 metros en una pared virgen. A medida que íbamos subiendo la pared, dormíamos allí mismo y no bajamos hasta que acabamos”. La locura fue tan grande que fueron nominados a los premios Pioet d’Or en Chamonix y la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) les entregó un galardón por hacerla “primera ascensión a la vía ‘Sensacions’, en el Mirror Peak en la Isla de Baffin (Canadá)”.

Un trabajo de altura

Las alturas también debían marcar su nuevo oficio. “Me saqué todas las titulaciones de trabajos en altura. Y a la vez, hacía lo que quería en el mundo del motor, lo que me apetecía lo aceptaba”. 

Actualmente es titulado IRATA 3 y su trabajo es el de técnico, supervisando que todas las instalaciones estén correctas y que se cumplan todos los protocolos de seguridad, entre otras funciones. Trabaja de ello en grandes industrias, como la petroquímica, donde también forma parte del GRI, (Grupo de Rescate Industrial), básico especialmente cuando una planta entra en parada. Y al acabar el Dakar, su primera faena será trepar por la famosa atracción de Ferrari Land en Salou, el Red Force, a 120 metros. 

Entre ellos, su mejor trabajo, sin duda, es el de la Sagrada Família. Allí debe subir escalando cada 6 meses, ya que es el periodo establecido por protocolo de seguridad para cambiar las mallas de protección de las torres. 

“Sales por una ventanita que hay en la torre y vas subiendo por el exterior, escalando por fuera. Hay unas plaquetas que montamos en su momento y subo con escalada artificial. Lo hago atado, obviamente. Es como si fuera una vía ferrata, pero más complicado. Lo que pasa es que arriba, la entrada a la bola es muy difícil, porque hace un poco de extraplomo”, apunta, destacando que al final la pared deja de ser vertical y tiene que mantener unos instantes la espalda en horizontal, mirando hacia el suelo.

La ‘putivuelta’ dakariana

Al margen de todo ello, ‘Pelut’ no quería parar de disfrutar de las carreras que le apatecían. Una de ellas es el Dakar. En este 2023 cumple 21 dakares. Anteriormente estuvo junto a Joan Pedrero varios años en el equipo Rieju. Y esta vez, la llamada de un amigo le hizo cambiar de colores. Juan Manuel González ‘Pedregà’, el único campeón español del Dakar en quad fue el que le hizo debutar en carrera en 1996 en el Rally del Atlas. Le pidió ayuda esta vez para ayudar en su propia estructura como mecánico, en tareas de coordinación y para conducir por carretera el camión de las motos.

En el vivac tiene mucho trabajo, pero no ha dejado de hacer algo por lo que miles de personas le siguen en redes sociales y que le ha convertido en un personaje de sobras conocido entre los dakarianos: La ‘putivuelta’. Un día, hace varios años, abrió Instagram para hacer un directo y soltó un: “‘voy a hacer la ‘putivuelta’”. Así se quedó. Cada día, miles de personas esperaban ansiosas en sus casas el directo del ‘Pelut’, en el que cada vez enseñaba a personas diferentes, que normalmente no son noticia y que acuden al Dakar a realizar labores fundamentales, casi sin dormir, trabajando día y noche para que los pilotos lleguen a meta y sí salgan en los medios. Pilares de la carrera.

Le ha dado voz a los dakarianos más sufridores y amantes de esta cita. Los héroes que se esconden dentro de las carpas de los equipos. David es uno más de ellos. Un mecánico de altura querido por todos. Así es ‘Pelut’, patrimonio universal de la cita más dura del mundo.