El encuentro entre el Atlético de Madrid y el FC Barcelona fue el primero en el que Rodrigo de Paul se pudo colar en la convocatoria desde que se marchase al Mundial de Qatar. Había cierta curiosidad por saber cómo respondía la afición rojiblanca ante la presencia del jugador en el campo si saltaba para ayudar a sus compañeros. Pero esa incógnita habrá que desvelarla más adelante, porque el de Sarandí se pasó el partido en el banquillo sin tener un solo minuto.
Simeone sacó cinco jugadores de la reserva –Reguilón, Morata, Lemar, Kondogbia y Ángel Correa– y ninguno de ellos fue el ‘motor’ de la selección argentina, campeona del mundo en la reciente cita de Qatar.
De Paul ha pasado de ser un jugador clave a tener que reiniciarse por completo en un Atlético de Madrid donde no ha dado todavía su mejor versión. Es más, parte ahora mismo con la vitola de ‘sospechoso habitual’ que se ha labrado en estas dos temporadas. Proveniente de Udinese, el equipo colchonero hizo un gran esfuerzo para firmarle por 35 millones de euros.
Sin embargo, en este tiempo no ha podido o sabido hacerse indispensable en los planes de Simeone. Y no sólo eso sino que ha logrado que una gran parte de la afición colchonera le haya hecho la cruz. El claro ejemplo fue el hecho del gran número de pitos que recibió cuando se homenajeó a los tres argentinos campeones del mundo, en el Metropolitano. Sus compañeros Correa y Molina fueron ‘daños colaterales’ en esta reacción de la grada, que simultaneó aplausos con un buen número de silbidos.
FALTA DE IMPLICACIÓN
¿Por qué? Porque, más allá de las actuaciones, que las ha tenido buenas y no tan buenas, se ha establecido una corriente de opinión entre los seguidores de que hay una falta de compromiso por parte de De Paul con el Atlético, el club que le paga. El asunto ya venía caliente por esa irregularidad en los partidos que comentamos. Pero además se acrecentó con el viaje del argentino a Miami (que le hizo perderse algún entrenamiento) para asistir a un concierto de su novia, la cantante Tini, cuando al club le había dicho que iba a Argentina para estar con su padre, enfermo.
El asunto se resolvió de puertas hacia dentro con De Paul teniendo que pasar por el ‘purgatorio’ del banquillo. La primera parte de este curso le dejó también bajo el foco por sus partidos, con el Mundial de fondo, ya me entienden. Y la gota que colmó el vaso para muchos seguidores fue el hecho de que regresase lesionado del Mundial, a pesar de varios días de celebraciones e imágenes del futbolista en un concierto de Tini sin aparente problema físico.
Ahora, la situación que vive es complicada porque en todo este periplo ha aparecido la figura de un Pablo Barrios que ha encandilado a Simeone y por el que está apostando. Si ya eran caros los puestos en el centro del campo, ahora más.
Y en esta encrucijada en el Atlético miran a medio plazo. Muchos dudan de que De Paul vaya a ser el jugador que fueron a buscar o el que juega con Argentina. Y el mercado de verano está al fondo. La idea sería poder recuperar los 35 millones de euros que se pagaron por él, pero parece complicado si no juega.