Debaten sobre consumo de productos alternos al tabaco

Expertos plantean sus puntos de vista respecto al consumo de nicotina a través de otros productos ajenos al cigarro.

El cigarro es el producto legal más tóxico pero el consumo de tabaco oral o el uso del cigarrillo electrónico reduce el riesgo de fumar, afirmó Roberto Sussman, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al participar en un debate para Aristegui en Vivo, explicó que cuando se consume nicotina a través de otros productos alternos al cigarro, el riesgo del fumador es menor.

“El consumo de la nicotina no es sinónimo de fumar. La nicotina se puede consumir en parches farmacéuticos, en chicles, también se puede consumir en forma recreativa con productos orales y también a través de los vaporizadores. Lo que mata al fumador no es la nicotina, es el humo. Cuando se consume la nicotina sin humo producto de la combustión pues los riesgos son mucho menores”, expresó.

De acuerdo con el investigador, hay consenso en la ciencia acerca de que el uso de cigarros electrónicos o el consumo del tabaco oral, sin que exista un humo producto de la combustión, reduce de manera importante el riesgo que causa el cigarro.

“No hay duda, es una cuestión firmemente anclada en la ciencia de que los riesgos por el uso del cigarro electrónico y también del tabaco oral, el tabaco oral que se consume en Suecia por ejemplo, reducen muchísimo el riesgo de fumar, quienes niegan esto están fuera del consenso científico”, señaló.

Sussman lamentó que en el Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora este 31 de mayo, no se informe a los ciudadanos respecto del alcance que tienen los productos alternativos para el consumo de la nicotina.

“Es lamentable que en el Día del No Fumar no se informe, no se incluyan los productos alternativos para el consumo de nicotina que son los productos más adecuados para dejar de fumar y eso también es un hecho. En Suecia, la mayoría de la gente consume nicotina oralmente y también en el Reino Unido ha habado mucho el tabaquismo y hay estudios ya, un ensayo controlado aleatorizado demostró que el uso de los vaporizadores es el doble de eficiente de las terapias de reemplazo de la nicotina”, agregó.

Por su parte, Javier Zúñiga, asesor legal de Salud Justa Mx, señaló que durante todo el siglo XX las empresas tabacaleras manipularon la evidencia científica para alentar el consumo de cigarros y se generó una crisis de tal magnitud que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuvo que lanzar una alerta.

En la actualidad, cuando se alienta el consumo de productos alternos al tabaco, señaló que no se pueden diseñar políticas públicas de salud en base a suposiciones que se le atribuyen a dispositivos ajenos al cigarro.

“Cuando se van a hacer regulaciones en salud pública no podemos partir de suposiciones de ´si no me causa el mismo daño´ o ´si no hay un daño contundente de que esto me va a matar entonces debe de estar permitido´ o ´me hacer menos daño entonces no lo pueden prohibir´. Esto en salud pública no puede verse así porque hay muchas variables científicas”, señaló.

Aunque el Reino Unido tomó la decisión promover el consumo de productos alternos al cigarro, enfatizó que lo hizo en base a un estudio científico de 2014 en el que al menos el 70 por ciento de los investigadores declaró que tenía un conflicto de interés.

Si no hay evidencia contundente de los posibles beneficios del consumo de productos alternos al tabaco, subrayó que no se pueden permitir.

“No tenemos evidencia contundente, entonces no lo podemos permitir. Lo contrario, en una analogía sería: vamos a tirar una bomba y si hace daño, entonces la regulamos”, apuntó.

Zúñiga enfatizó que es importante que cada país tome en cuenta los determinantes sociales de la salud para diseñar políticas que contribuyan a reducir el consumo de productos nocivos.

“Los determinantes sociales de la salud son las realidades sociales que afligen a un país y que con base en esas realidades se tienen que tomar decisiones de política pública basada en la evidencia. Si en este país tenemos deficientes políticas para el control del tabaco, tenemos conflictos de intereses en las administraciones pasadas respecto a tabacaleras o industrias que se reúnen con autoridades de la salud pública del país, entonces lo que se está buscando no es una política pública”, concluyó.




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