La fiesta por el brillante subcampeonato liguero se desató sobre La Palmera. Entre el pertinente descorche del cava, los saltos de alegría y la euforia del momento, toda la plantilla de la Real celebró como merece ela histórica conquista de la segunda plaza. Viajaron todas a Granadilla de Abona, incluso las lesionadas, que saltaron al campo al final para fundirse con las protagonistas de un empate que vale oro. Después de un partidazo, no exento de sufrimiento con un gol fantasma en contra al final, pero en el que la Real firmó tres balones al larguero de Franssi, Etxezarreta y Maddi, el punto supo a gloria y como tal se festejó. Las realistas dieron rienda suelta al jolgorio cantando el célebre Bella Ciao, símbolo de la resistencia, y tiraron de clásicos como el ‘Irabazi arte, beti egongo gara zurekin’ o el ‘Bat, bi, hiru, lau, bost, sei, zazpi, Real!’.