Alguien puede ser futbolista, funcionario, fontanero, hostelero, abogado, médico, ingeniero y todas las profesiones que existan en el mundo. Ninguna de ellas comparable a un título que, dicen quienes lo ostentan, no tiene precio: ser abuelo. El de Cristian Portugués ‘Portu’ se llama Antonio. Recorrió más de 600 kilómetros, desde Beniel (Murcia) a Girona, con 82 años para abrazar a su nieto y compartir con él cada momento que han compartido para que el actual futbolista de la Real llegara a ser profesional.
La influencia de Antonio en la carrera de Portu ha sido vital. Desde que el delantero se calzaba las botas en su tierra natal, siendo menor de edad. “Si querías llegar al Real Murcia tenías que tener tus propios medios para llegar al campo de entrenamiento y a los partidos”, cuenta Portu en un reportaje emitido por Movistar + la pasada temporada. Tuvo la inmensa fortuna de contar con su aitona.
“Mis padres estaban trabajando”, relata Portu. Entonces, su abuelo se volcó en llevar al jugador adonde hiciera falta para que no causara baja en los entrenamientos: “Se lo debo todo, ha sido todo para mí”. No sólo en Murcia. El atacante que ha fichado la Real se marchó al Valencia en 2009. Hasta allí le acompañaba Antonio para que estuviera arropado. También en su periplo posterior por Albacete, de 2014 a 2016.
Primer gol con dedicatoria
La consagración de Portu fue recalar en las filas del Girona (2016/2017). Fichó por el cuadro catalán y ascendió a Primera División. La meta de todo jugador. El sueño de su abuelo. No sólo hizo cumbre, sino que siguió escalando. Ha marcado 20 goles en dos temporadas y entre sus víctimas están el Barcelona y el Real Madrid.
Ninguno como el primero. En Balaídos contra el Celta. Portu supo en una tarde nublada de Vigo qué es hacer un gol en la Liga. La dedicatoria no podía tener otro destinatario. “Abuelo, va por ti, esto va por ti”, fueron los términos en que Portu se dirigió a una cámara que recogía las imágenes de aquel Celta-Girona.
La Real ha contratado a un buen delantero para los próximos cinco años. Y al nieto de Antonio Portugués. Las secuencias del documento son sobrecogedoras. Exactamente como la unión que florece entre un nieto y su abuelo. Portu contará a su descendencia que Antonio “es una grandísima persona, que lo da todo por sus nietos, que era el mejor abuelo que se podía tener”.
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