La internacional islandesa y ex del Olympique de Lyon Sara Gunnarsdottir (hoy en la Juventus) ha denunciado al club francés por el retraso en el pago de los salarios durante los dos primeros meses posteriores al inicio de su baja por maternidad y también lamenta no haber cobrado a partir del tercer mes, según explica en una columna del ‘The Players Tribune’.
“Vincent Ponsot (director general del club) se disculpó por los dos meses que no me pagó y aseguró que me pagarían. Pero después dijo algo sobre que ellos se ceñían a la ley francesa, lo que significaba que no me debían nada. Dietmar, mi agente, no dejaba de decirles: ‘Oigan, siempre están debiendo’. Pero no obtuvimos respuesta. Las semanas se convirtieron en meses y aún hoy no tengo el salario completo. El Lyon se negó a dar una respuesta clara sobre el criterio aplicado. Finalmente, Dietmar le dijo a Vincent que Fifpro iba a pelear esto a nivel FIFA. Vicente entonces dijo: ‘Si Sara va a la FIFA con esto, no tiene futuro en el Lyon’”, explica Gunnarsdottir.
Gunnarsdottir explica que, a su vuelta, tras tener a su hijo Ragnar, no fue bien recibida: “Una parte de mí quería volver y decirles a todos lo enojada que estaba por lo que habían hecho. Y marcharme. Pero luego pensé en volver y darlo todo al 110%. Pensé: ‘Voy a mostrarles lo en forma que puedo estar’. Estaba lista para jugar, pero no fue como esperaba. El entrenamiento era diferente cuando regresé. Me trataron diferente”.
La jugadora de la Juventus explicó además que el presidente del club, Jean-Michel Aulas, tampoco estuvo a la altura: “Entró en la sala (durante una reunión con Ponsot) mientras yo estaba allí. Era la primera vez que me veía desde que regresé con mi bebé. Ni siquiera me saludó. Vincent (Ponsot) me acababa de asegurar, cinco minutos antes, que mi caso “no era personal”. Sin embargo, a partir de ahí, con el presidente, quedó claro que así era”.
Gunnarsdottir finalmente explica cómo el Lyon se separó de ella. “Le pregunté a Vincent Ponsot qué le había dicho a Dietmar sobre el hecho de que si iba a la FIFA no tendría futuro en el Lyon. Dijo que no dijo eso, y que fue la entrenadora, Sonia Bompastor, quien decidió que no podía verme como una futura jugadora en su equipo. Estaba tan agotada por todas estas peleas… Estaba claro que, dijera lo que dijera la gente, lo principal estaba ahí: como madre joven, no tenía futuro en este club”.