Derek Chauvin, el policía responsable de los ocho minutos y 46 segundos que han incendiado EE UU

El lunes por la tarde, unos minutos antes del toque de queda en la ciudad de Washington —fijado a las 19.00—, Donald Trump se dirigía al pueblo estadounidense para defender las protestas contra el racismo, pero también para enviar un mensaje de mano dura contra la derivada violenta de esta movilización, iniciada a raíz de un dramático caso de brutalidad policial en Minneapolis y extendida a todo el país. Desde los jardines de la Casa Blanca, afirmó: “Lucharé por protegeros, soy vuestro presidente de la ley y el orden, un aliado de todos los manifestantes pacíficos, pero en los últimos días nuestra nación está siendo atacada por anarquistas profesionales, gánsteres violentos, saqueadores…”.

Y prácticamente al mismo tiempo que hablaba, agentes de la policía y soldados reservistas de la Guardia Nacional dispersaban violentamente con gas lacrimógeno una concentración pacífica que tenía lugar frente a la residencia presidencial. Así, desbloquearon el camino para que el mandatario pudiese caminar desde su residencia hasta la histórica iglesia de Saint John, dañada por el fuego la noche del domingo en el fragor de las protestas y conocido como “el templo de los presidentes” porque allí van los líderes del país a rezar desde 1816.

Junto a su hija y asesora, Ivanka, posó frente a la iglesia durante unos minutos con una Biblia en la mano, despertando críticas de varios líderes religiosos, empezando por Mariann E. Budde, la obispo de la diócesis episcopal de Washington DC.

El interés por controlar el ciclo informativo tras un fin de semana aciago, marcado por los disturbios y la noticia de que se había refugiado un rato del viernes en el búnker subterráneo construido para casos de ataque en la Casa Blanca, llevaron al empeño de Trump en hacerse esa fotografía, según la reconstrucción que ha hecho la prensa estadounidense con datos de fuentes anónimas de la Administración.

Según The New York Times, el plan para hacer una demostración personal de firmeza nació de la mano de Ivanka Trump y fue diseñado con más detalle en una reunión en la que participó también Jared Kushner, esposo de esta y también asesor de la Casa Blanca.

Primero se dirigiría a la nación desde la Casa Blanca y luego caminaría hacia la iglesia dañada y posaría allí ante las cámaras. Ese mismo día, por la mañana, su rival en las elecciones presidenciales de noviembre, el demócrata Joe Biden, se había reunido con líderes religiosos afroamericanos en Delaware, su Estado, y había sido retratado rezando junto a ellos.

Para dar una buena réplica con la Biblia en mano, Trump debía cruzar la plaza Lafayette, que en esos momentos, antes del toque de queda, estaba tomada por manifestantes pacíficos. Fuentes del Departamento de Justicia citadas por The Washington Post señalaron que fue el propio fiscal general, William Barr, quien ordenó el desalojo sobre las seis y media de la tarde. La foto tuvo lugar apenas un minuto después de las siete. “Fue solo para ganar el ciclo de noticias, no tengo claro que las cosas vayan a ser mejor para nosotros mañana”, señaló un consejero de Donald Trump a dicho rotativo.

Este miércoles, en una entrevista en Fox News Radio, el presidente defendió esa imagen y aseguró no tener ningún conocimiento de que se iba a ordenar un desalojo violento de la concentración. “No sabía quién había allí”, dijo. Sobre el posado, comentó: “A la mayor parte de líderes religiosos les gustó, ¿por qué no iba a gustarles? Estoy de pie frente a una iglesia que había pasado por un trauma… Es una suerte que no ardiese”, apuntó.

En su cuenta de Twitter, el mandatario llevó la defensa de su gestión de esta crisis a tal nivel que se consideró el presidente que más ha hecho por los afroamericanos en la historia de Estados Unidos, salvo la “posible excepción” de Abraham Lincoln, que abolió la esclavitud. “He hecho más por los afroamericanos que ningún otro presidente en la historia de Estados Unidos, con la posible excepción de otro presidente republicano, el difunto y gran Abraham Lincoln”, presumió el líder republicano.


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