Derrick Favors cree que el presente lo es todo porque el futuro no le asegura nada. Lejos aquellos felices días como titular en Utah, cuando trabajar era algo en lo que no pensaba como respirar, los Atlanta Hawks le han sacado con un contrato de 10 días del paro, al que se resignó a apuntarse cuando los Houston Rockets le cortaron en octubre. De astro, a ‘temporero’. “Es definitivamente duro”, reconoce el pívot, contratado como sustituto del lesionado Clint Capela.
Favors, en declive pero demasiado joven para ‘jubilarse’, en una edad que podría ser perfectamente su ‘prime’, -31 años todavía-, parece haber superado ese ‘traumáutico’ proceso de reconversión y que padecen otras estrellas de una escala incluso superior que se hallan en el limbo clamando por una oportunidad. Ahí siguen, en la agencia libre, esperando la llamada, los Carmelo Anthony, Jabari Parker, Rajon Rondo… Y ahora también Kemba Walker. Otros mitos caídos como Derrick Rose (New York Knicks) y Blake Griffin (Boston Celtics) siguen saboreando la NBA desde sus papeles de jugadores de rol.
“Es duro pasar de jugar 35 minutos en un año a 18 al siguiente saliendo desde el banquillo. Se trata de ajustar tu mente, lo único que puedes hacer es estar listo, no importa el número de minutos que vayas a jugar. Tienes que centrarte en ti mismo, jugar tan duro como puedas y, lo que pase, pase. Tienes que estar preparado mentalmente”, reflexionaba Favors en conversación con MD y Gigantes del Basket en el vestuario de los Hawks antes del partido del sábado en Toronto.
Drafteado el número 3 en 2010, los New Jersey fueron los que le vieron debutar y los Jazz triunfar entre 2011 y 2019, titular fijo a partir del curso 13-14, alcanzando los 16,4 puntos, 8 rebotes, 1,5 asistencias y 1,5 tapones de media en la campaña 15-16, su mejor actuación en una temporada hasta ahora. Esos en los que hasta hace nada estaban Rudy Gobert y Donovan Mitchell, a los que se sumó también Ricky Rubio y otros elementos interesantes como el ex azulgrana Dante Exum, drafteado el 5 en 2014.
“Es duro pasar de jugar 35 minutos a 18 desde el banquillo de un año a otro”
Un equipo digno de anillo que no pudo culminar, traspasado Favors a los Pelicans en 2019. Sería el principio de su ‘fin’ como jugador de enjundia. De regreso a Utah, firmó un nuevo contrato de tres años con los Jazz para la 20-21. Pero nada volvería a ser ya igual, relegado a suplente y traspasado a Oklahoma para el curso 21-22 junto con una selección de primera de ronda de draft a cambio de un ‘pick’ de segunda ronda logrando Utah su propósito, deshacerse de su salario. Y de Oklahoma a Houston. De estrella a moneda de cambio y de ahí al baúl de los recuerdos. Porque, pasa mucho, que los fans nunca terminar de hacerse a la nueva realidad de jugadores de esta categoría, sino que los siguen recordando por lo que llegaron a ser.
Derrick Favor, machacando el aro en su época en Utah
Pero a Favors no le pesa el ayer ni le asusta el mañana. Pese a que en unos días se volverá a ver en el hastío y la incertidumbre de la agencia libre. Desprende una calma extraordinaria. “Intento disfrutar del momento, simplemente ser feliz. El presente está aquí, ayudar a este núcleo de chicos jóvenes que llevan un par de años juntos a desarrollarse. No sé cuantos minutos voy a jugar, pero estaré listo y daré la presencia positiva que ellos necesitan en el vestuario. El futuro es el presente”, argumenta, con filosofía, Derrick Favors, contratado el 11 de enero.
Quizá simplemente por jugar en el equipo de su Atlanta natal, como si todo hubiera vuelto a empezar a sus 31 años, mantiene una ilusión que se palpa pese a que nada ‘ayuda’. La ‘sustitución’ apunta a acabarse sin posible prolongación de contrato, pues acaba de volver de su lesión Clint Capela, y el joven Onyeka Okongwu lo ha bordado en ambos lados de la pista cerca del aro en ausencia del suizo. Así que, aparte de escasas opciones de quedarse, ni un solo minuto todavía.
“No tienes que escuchar el ruido de fuera, sólo centrarte en ti”
Pero habla como si se fuera quedar e intenta proteger a sus todavía compañeros intentando amansar las críticas que esperaban algo más de estos Hawks con su opulento dúo de bases Trae Young – Dejounte Murray, noveno en el Este 22-22 pero sumido ahora en una buena dinámica después de tres victorias consecutivas contra Pacers, Raptors y Heat.
“La temporada es larga, hay altos y bajos, nada es perfecto. Ganas algunos partidos, pierdes otros, lo más importante es permanecer juntos”, destaca Favors, perfectamente consciente también de que, sobre todo en la NBA, lo que hiciste ayer no vale hoy. Y lo que tan bien hacías antes, ya no es suficiente ahora. Mientras espera la llamada, trata de revertir las críticas que le han achacado su falta de triple, una ‘herejía’ hoy para un pívot y para cualquiera.
“No tienes que escuchar el ruido de fuera, sólo centrarte en ti. Siempre se puede mejorar, estoy intentando extender mi rango de tiro, hacer más cosas en el perímetro porque la NBA es esto ahora. Sólo quiero seguir mejorando y mantenerme positivo en la pista y en el vestuario”, concluye Favors, asumiendo su nuevo sitio en la NBA con una llamativa humildad y naturalidad, enseñando cómo disfrutar de verdad del presente, pues para que desperdiciarlo pensando en un futuro que ni él ni nadie puede adivinar. Toda una lección de cómo tomarse la vida.